Abatidos 134 integristas argelinos en una ofensiva previa a las elecciones

El Ejército argelino acaba de lanzar la mayor ofensiva de los últimos cinco años contra la guerrilla integrista. Los informes oficiosos aseguran que sólo en los primeros cuatros días de la operación ha habido 134 muertos en las filas islamistas. Todo ello sucede a escasos días para las elecciones legislativas del 5 de junio, primeras que se convocan tras el golpe de Estado de 1992.Apoyadas por aviación, helicópteros y artillería ligera, las tropas tratan de recuperar el control de la región montañosa de la Uarsenla, sita a 250 kilómetros al suroeste de Argel. Allí tiene su cuartel el general A...

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El Ejército argelino acaba de lanzar la mayor ofensiva de los últimos cinco años contra la guerrilla integrista. Los informes oficiosos aseguran que sólo en los primeros cuatros días de la operación ha habido 134 muertos en las filas islamistas. Todo ello sucede a escasos días para las elecciones legislativas del 5 de junio, primeras que se convocan tras el golpe de Estado de 1992.Apoyadas por aviación, helicópteros y artillería ligera, las tropas tratan de recuperar el control de la región montañosa de la Uarsenla, sita a 250 kilómetros al suroeste de Argel. Allí tiene su cuartel el general Ahmed Benaicha, el número dos del Ejército Islámico Armado (AIS), brazo militar del partido político Frente Islámico de Salvación (FIS).Las Fuerzas Armadas, acompañadas por agricultores de la zona pertenecientes a los grupos de autodefensa (voluntarios civiles armados por el Ministerio del Interior), avanzan lentamente y con dificultad por la boscosa región -un Parque Nacional de cedros centenarios-, convertida por la guerrilla integrista en un laberinto de cuevas y subterráneos.

Las tropas del régimen de Argel, dirigidas personalmente por el general Mohamed Lamari, habían recibido en los últimos días importantes informaciones de 11 guerrilleros arrepentidos", que posibilitaron la puesta en marcha de esta operación, según aseguraban ayer diversos periódicos de la capital argelina.

Con estas acciones militares, el Gobierno trata de recuperar la confianza y el voto de un electorado convocado para elegir los 380 diputados de la Cámara baja de la Asamblea Popular Nacional. El Ejecutivo, atrincherado tras el partido Agrupación Nacional para la Democracia teme que estas elecciones se le escapen de las manos, tal y como pasó en 1991, y que los electores acaben dando su apoyo a la principal fuerza rival: los islamistas moderados de Mahfud Nahna, líder del Movimiento de la Sociedad por la Paz.

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