Holanda culmina su plan de compuertas contra el mar

Holanda culminó ayer su guerra contra el mar. Anoche entró en funcionamiento la última gran compuerta, una obra de arte de ingeniería hidráulica que permitirá cerrar el último tramo del delta de los ríos cuando la crecida del agua lo aconseje. La obra remata el llamado Plan Delta que, tras 44 años de trabajos, asegura la protección de la Holanda meridional, la más vulnerable.La compuerta permite cerrar el Nieuwe Waterheg, uno de los brazos en los que se deshace el Rin. El, último ejemplo de la más avanzada técnica se compone de dos puertas semicirculares de 210 metros de largo cada una y 22 de...

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Holanda culminó ayer su guerra contra el mar. Anoche entró en funcionamiento la última gran compuerta, una obra de arte de ingeniería hidráulica que permitirá cerrar el último tramo del delta de los ríos cuando la crecida del agua lo aconseje. La obra remata el llamado Plan Delta que, tras 44 años de trabajos, asegura la protección de la Holanda meridional, la más vulnerable.La compuerta permite cerrar el Nieuwe Waterheg, uno de los brazos en los que se deshace el Rin. El, último ejemplo de la más avanzada técnica se compone de dos puertas semicirculares de 210 metros de largo cada una y 22 de alto, una construcción para la que se han necesitado 15.000 toneladas de acero, aproximadamente el doble del empleado en la torre Eiffel de París.

Cuando por alguna circunstancia meteorológica se eleve el caudal del agua tres metros por encima del nivel normal, se activará automáticamente el sistema de cierre de la compuerta. En 28 minutos dos inmensos brazos de acero clavarán las puertas en el fondo del canal impidiendo la entrada del agua del mar, la crecida del río y el riesgo de inundaciones.

Según las previsiones, los niveles críticos se alcanzarán una vez cada seis o siete años en la primera mitad del próximo siglo, un ritmo que se acelerará después a una vez cada tres o cuatro años debido al crecimiento de los mares como resultado del calentamiento de la tierra. Así se sella la desembocadura de Rhin, Mosa y Escalda, protegiendo Rotterdam y Zelanda, con más de un millón de habitantes, única zona que quedaba vulnerable al mar.

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