Chirac pide en una 'carta a los franceses' el voto para la derecha

"Tengo necesidad de vuestro apoyo". Esta frase resume el espíritu de la carta enviada ayer por el presidente Jacques Chirac a los franceses, a través de 14 diarios regionales. La primera intervención de Chirac en la campaña sirvió para cambiar un lema electoral que no había funcionado, Un nuevo impulso, por otro más social, Un impulso compartido. Por lo demás, no aportó novedades sustanciales. Algunos candidatos conservadores reconocieron que el presidente debería implicarse más para tratar de desequilibrar a favor de la derecha una situación que aparece muy igualad...

"Tengo necesidad de vuestro apoyo". Esta frase resume el espíritu de la carta enviada ayer por el presidente Jacques Chirac a los franceses, a través de 14 diarios regionales. La primera intervención de Chirac en la campaña sirvió para cambiar un lema electoral que no había funcionado, Un nuevo impulso, por otro más social, Un impulso compartido. Por lo demás, no aportó novedades sustanciales. Algunos candidatos conservadores reconocieron que el presidente debería implicarse más para tratar de desequilibrar a favor de la derecha una situación que aparece muy igualada."El presidente ha definido perfectamente el envite: o se opta por el futuro [la derecha] o por el pasado [la izquierda]", comentó el jefe de la "coalición presidencial", el neogaullista Alain Juppé. La izquierda ironizó sobre el "cambio de impulso", signo inequívoco de duda en el bando conservador. Quien mejor resumió el contenido de la carta presidencial fue tal vez Laurent Fabius, ex primer ministro socialista, con una expresiva mordacidad: "Nada nuevo. Es una especie de best of [lo mejor de] de sus anteriores discursos".

. Había, sin embargo, ciertos elementos destacables en el texto., Para empezar,el título, Un impulso compartido, que desde ahora será el lema de la "coalición presidencial" en sustitución del efímero Un nuevo impulso con que arrancó la campaña. El "nuevo impulso" no ha cuajado, y algunas voces empiezan a expresar sus dudas sobre el acierto de prometer un "impulso compartido", porque parece sugerir una próxima cohabitación entre un presidente de derechas y un Gobierno de izquierdas.

Otra relativa novedad fue el largo espacio dedicado a criticar, sin nombrarlos, a los socialistas, cuya "herencia" sigue utilizando Chirac como justificación al pobre balance que hasta ahora arroja su gestión. Quizá más reveladora resultaba una omisión: a diferencia de otras ocasiones, el presidente no lanzó ninguna crítica hacia las "fuerzas del odio" de que habló al convocar las elecciones, es decir, el Frente Nacional. Conforme se acerca el día 25, se hace más evidente que neogaullistas y liberales necesitarán los votos de la ultraderecha para resultar elegidos.