REGRESO TRIUNFAL

Bruce Springsteen, el célebre rockero norteamericano, volvió a Estocolmo tras 22 años de ausencia. Pero no para actuar frene a un escenario de miles de dolescentes, sino para recibir e manos del rey de Suecia, Carlos Gustavo, el Premio Polar de Música, equiparado al Nobel tanto por su prestigio como por su dotación: unos 19 millones de pesetas. Una entrada al mundo de la música seria por la puerta grande en una solemne ceremonia en la que se fundamentó la adjudicación del premio "en la contribución incomparable de su canto y su música, en la consecuencia con un tipo de música en la ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Bruce Springsteen, el célebre rockero norteamericano, volvió a Estocolmo tras 22 años de ausencia. Pero no para actuar frene a un escenario de miles de dolescentes, sino para recibir e manos del rey de Suecia, Carlos Gustavo, el Premio Polar de Música, equiparado al Nobel tanto por su prestigio como por su dotación: unos 19 millones de pesetas. Una entrada al mundo de la música seria por la puerta grande en una solemne ceremonia en la que se fundamentó la adjudicación del premio "en la contribución incomparable de su canto y su música, en la consecuencia con un tipo de música en la que plantó sus raíces en un mundo de constante fluctuación de tendencias". Creado por la Real Academia de Suecia y Financiado por el editor Stikker Anderson, es ésta la séptima versión del premio, sobre el cual Springsteen dijo que hubiera deseado poder compartirlo con Bob Dylan, de quien dijo que "fue mi mayor influencia y una gran parte de mi vida". Con sus 48 años, el cantante recordó que en su adolescencia en un hogar modesto de Nueva Jersey, soñaba con que algún día cruzaría los mares y superaría las barreras idiomáticas con su música y su canto. Contador de historias sobre gentes humildes, se le ha comparado con escritores como Dos Passos o Steinbeck. Junto a él compartió honores Eric Ericson, que desde hace medio siglo dedica su vida al canto coral.-

Archivado En