Tribuna:

¿Qué está pasando?

Hace poco más de un año se celebraron las elecciones generales. Hace poco menos de un año José María Aznar fue investido presidente del Gobierno. Ya está en el aire el tema de la disolución anticipada de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones generales. ¿Por qué?Si nos atenemos a la información suministrada por los sondeos en los últimos nueve meses, no parece que el electorado español se haya movido de la posición que reflejaron las urnas en 1996.

Aunque se hubiera movido y fuera detectable un cambio en la opinión pública, no sería aconsejable la convocatoria de elecciones, ...

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Hace poco más de un año se celebraron las elecciones generales. Hace poco menos de un año José María Aznar fue investido presidente del Gobierno. Ya está en el aire el tema de la disolución anticipada de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones generales. ¿Por qué?Si nos atenemos a la información suministrada por los sondeos en los últimos nueve meses, no parece que el electorado español se haya movido de la posición que reflejaron las urnas en 1996.

Aunque se hubiera movido y fuera detectable un cambio en la opinión pública, no sería aconsejable la convocatoria de elecciones, pero es que con la información de que disponemos, plantearse tal posibilibidad no parece que sea muy oportuno.

En lo que a la evolución de la economía se refiere, tampoco hay señales de preocupación en el horizonte, que aconsejen la conveniencia de una clarificación del panorama político para hacer frente a las mismas. Todo lo contrario.

No ha habido ningún tiempo pasado en el que los agentes sociales más representativos hayan mostrado tanta disponibilidad para el acuerdo y para considerar el problema del empleo y del mercado de trabajo como un problema común, al que hay que dar una respuesta pactada. Ahí está el Acuerdo Interconfederal por el Empleo alcanzado recientemente.

En materia antiterrorista hace tiempo que un ministro no ha tenido el apoyo que está teniendo Jaime Mayor Oreja, incluso en las circunstancias más difíciles y cuando se han cometido errores de información importantes. El "usted ha gestionado bien la crisis" que Juan Alberto Belloch le dirigió en la sesión parlamentaria sobre el caso Elejalde, ya lo habrían querido para sí muchos ministros del Interior anteriores. Todos.

Aunque hay problemas muy serios en servicios públicos esenciales, como la sanidad y la enseñanza, no ha habido ningún intento de generar conflictos en la prestación de tales servicios, que pudieran crear situaciones de tensión. Ni siquiera con la mala gestión del brote de meningitis.

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El margen de confianza que la sociedad española en general ha concedido a José María Aznar para dirigir políticamente el país ha sido un margen enorme. Consciente, sin duda, de la transcendencia del examen de Maastricht, por un lado, y de la incómoda posición parlamentaria del Partido Popular, por otro, la sociedad española en su conjunto, y no sólo los partidos políticos, ha tenido una actitud de comprensión hacia el Gobierno del PP de una generosidad extraordinaria.

¿Por qué estamos instalados entonces en esta sensación de provisionalidad y de inseguridad? ¿Por qué si tenemos datos para pensar que la sociedad va bien, tenemos la sensación de que políticamente vamos mal? ¿Por qué hay tantos ciudadanos que empiezan a tener miedo?

Creo que sobre esto tendría que reflexionar el centro-derecha español. El centro-derecha ganó las elecciones de 1977 y disolvió a finales de 1978, una vez aprobada la Constitución. Ganó sus primeras elecciones constitucionales en marzo de 1979 y disolvió en septiembre de 1982. Ha vuelto a ganar en 1996 y al año ya está en el aire la convocatoria de nuevas elecciones.

Esto es un motivo de preocupación muy serio para todos, pero para unos más que para otros. ¿Cómo es posible que el centro-derecha español, en unas condiciones de colaboración por parte de la sociedad como las que está disfrutando, no sea capaz de poner en práctica un programa que no genere temor e inseguridad y que dibuje un horizonte de estabilidad para la sociedad española? ¿De verdad piensa el centro-derecha español que puede encontrar un entorno de autocontención social y política más favorable que el que está disfrutando este año?

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