Editorial:

Telefónica mundial

EN LA guerra durísima por el mercado mundial de telecomunicaciones habrá probablemente un antes y un después del acuerdo de Madrid. La alianza de British Telecom y el grupo norteamericano MCl con Telefónica y Portugal Telecom es un golpe de mano decisivo para el futuro de este sector. Con un solo movimiento, BT y MCI se asocian a los ganadores del mercado latinoamericano, se instalan en el mercado español que está a punto de ser liberalizado, sitúan a la asociación europea Unisource al borde de la ruptura y colocan a AT&T, el gigante dormido estadounidense, en la obligación de recuperar...

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EN LA guerra durísima por el mercado mundial de telecomunicaciones habrá probablemente un antes y un después del acuerdo de Madrid. La alianza de British Telecom y el grupo norteamericano MCl con Telefónica y Portugal Telecom es un golpe de mano decisivo para el futuro de este sector. Con un solo movimiento, BT y MCI se asocian a los ganadores del mercado latinoamericano, se instalan en el mercado español que está a punto de ser liberalizado, sitúan a la asociación europea Unisource al borde de la ruptura y colocan a AT&T, el gigante dormido estadounidense, en la obligación de recuperar la iniciativa si no quiere perder las posiciones más importantes en el negocio planetario de telecomunicación.El veredicto inmediato de los analistas indica que en la carrera por explotar un mercado global de 650.000 millones de dólares que está en proceso de liberalización, el primer puesto lo ocupa hoy BT-MCI -cuya fusión, ya en marcha, formará el futuro grupo Concert-; el grupo Global One, en el que participan France Télécom y Deutsche Telekom, está en segunda posición, y AT&T habría sido relegada a un tercer y distanciado lugar. No es excesivo puntualizar que Telefónica es la clave de este acuerdo. De hecho, no hubiera sido posible sin la decisión de Juan Villalonga de soltar amarras en su alianza con AT&T y dejar en segundo término, al borde de la ruptura, los lazos con Unisource. Al fin y a la postre, se trata de una apuesta empresarial. AT&T, enfrentada a tensiones internas y dificultades de consolidación en el mercado norteamericano, no parecía ofrecer las garantías de dinamismo inversor y atención empresarial que Telefónica requería para expandir sus posiciones en América Latina.

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Un primer análisis indica que la compañía española podrá capitalizar mejor sus opciones europeas con BTMCI que con AT&T y Unisource, y que, por tanto, la apuesta industrial y comercial de Telefónica es acertada desde el punto de vista de los accionistas. Aunque los mercados suelen a menudo pasar alguna factura en términos de credibilidad cuando se producen estos llamativos cambios de pareja. Por otro lado, no cabe olvidar que el liderazgo de gestión será ejercido por Concert, la resultante futura de la: gran fusión de BT con MCI. En términos más gráficos, podría decirse que Telefónica ha cambiado su posición de cabeza de ratón en la poco operativa Unisource por la de cola de león en el ambicioso proyecto empresarial que prepara BT.

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Tampoco sería justo olvidar que la compañía británica tiene problemas en su mercado interior, derivados de la creciente competencia producida por la puntillosa liberalización del negocio telefónico.. Ni que se suscitan algunas dudas sobre el alto precio que paga Telefónica, que abre a BT y MCI la puerta del mercado latinoamericano, ahora controlado por la tupida red de cables de Telefónica Internacional, a cambio de la capacidad operativa y tecnológica de un grupo con vocación de líder mundial en telecomunicaciones. La equidad de este intercambio habrá de comprobarse conforme se vaya ejecutando el acuerdo. Aunque no es éste el único problema de la compañía española, quizá incluso ni siquiera el principal, no cabe duda de que Telefónica ha despejado las dudas sobre su estrategia internacional eligiendo el socio internacional más vistoso.

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