El Gobierno mantiene las negociaciones con los grapos presos en Sevilla

El Gobierno mantiene los contactos con los presos de los GRAPO internados en la cárcel de Sevilla II, a pesar de que éstos anunciaron el pasado mes de febrero la ruptura del diálogo. Una de las condiciones exigidas por la banda armada para continuar las negociaciones -la puesta en libertad de los activistas enfermos- acaba de ser cumplida, aunque de forma parcial, con la excarcelación de Juan Manuel Pérez Hernández y Milagros Caballero. Fuentes oficiales cercanas al proceso han confirmado que se están produciendo "movimientos" encaminados a la futura disolución de los GRAPO.

El 1 de abr...

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El Gobierno mantiene los contactos con los presos de los GRAPO internados en la cárcel de Sevilla II, a pesar de que éstos anunciaron el pasado mes de febrero la ruptura del diálogo. Una de las condiciones exigidas por la banda armada para continuar las negociaciones -la puesta en libertad de los activistas enfermos- acaba de ser cumplida, aunque de forma parcial, con la excarcelación de Juan Manuel Pérez Hernández y Milagros Caballero. Fuentes oficiales cercanas al proceso han confirmado que se están produciendo "movimientos" encaminados a la futura disolución de los GRAPO.

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El 1 de abril, tras abandonar Caballero la prisión de Picassent (Valencia), dos agentes del Cesid se trasladaron a Sevilla Il para entrevistarse con los dirigentes de los GRAPO allí concentrados. Los otros dos presos enfermos -José María Sánchez Casas y Juan José Donoso Pulido- pueden ser puestos en libertad en las próximas semanas. El Gobierno, además, ha decidido aparcar la discusión sobre el paradero del empresario Publio Cordón, dada la insistencia de los GRAPO en asegurar que desconocen su paradero.A pesar de que el anuncio de ruptura se produjo en febrero, los dos agentes del Cesid -que se hacen llamar Alberto y Enrique y a quienes los presos de los GRAPO conocen por el apodo de los malasombra- acudieron a la prisión de Sevilla II el pasado 21 de marzo (viernes de Dolores). Les comunicaron a los presos que el Gobierno no considera rotas las conversaciones encaminadas a la disolución de la banda armada. Unos días más tarde se produjo la señal: Milagros Caballero, presa desde hace 11 años, salía en libertad. Los agentes del Cesid volvieron entonces a Sevilla II -donde se encuentra agrupada la cúpula de la organización- para repetirles el siguiente mensaje: "El Gobierno quiere negociar. Ahí tenéis la prueba".

A Juan Manuel Olarieta, abogado de varios grapos, no le consta que las negociaciones se hayan reanudado. "No creo que los presos quieran negociar si no se produce una novedad sustanciosa, como puede ser la liberación de la mitad de los activistas encarcelados", declara. Además, sostiene el abogado, los tres dirigentes de los GRAPO que llevaron hasta febrero las negociaciones -José María Sánchez Casas, Fernando Hierro Chomón y Francisco Brotons Beneyto- no se consideran ya portavoces de sus compañeros.

Esto se contradice, no obstante, con un hecho que se repite todos los lunes, miércoles y viernes en la prisión Sevilla 2. Las activistas de los GRAPO que se encuentran confinadas en el módulo de mujeres son trasladadas por los funcionarios hasta una habitación de la zona masculina, donde discuten con sus compañeros la estrategia a seguir con los agentes del Cesid.

Milagros Caballero dice que el Gobierno la ha utilizado como "moneda de cambio". En una entrevista publicada ayer por el diario Egin, Caballero declara: "Me han convertido en moneda de cambio para alargar el tema. Ellos [por los agentes del Cesid enviados por el Gobierno] quieren presentarse como los buenos, como los dialogantes, que antes pusieron en libertad a José Manuel y ahora a mí. Pero somos nosotros quienes no queremos la negociación. Realmente no es un problema de presos". Los GRAPO mantienen desde el principio que, por encima de la liberación de los presos, el éxito de las negociaciones depende de "la supresión de la Audiencia Nacional, la derogación de la Ley Antiterrorista y la mejora del nivel de los trabajadores".

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Los grapos se encuentran concentrados en las prisiones de Sevilla II, donde hay 13 presos; Herrera de la Mancha (Ciudad Real), 8; Brieva (Ávila), 7 mujeres; Soto del Real (Madrid), 5 mujeres; y Ocaña (Toledo), 5 hombres. El resto, hasta 53, están repartidos por distintas cárceles del país.

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