Cartas al director

El chal

En el periódico del 15 de marzo, en la columna de contraportada, firmada por Vicente Verdú y titulada El chal, se hacen una serie de afirmaciones poco menos que gratuitas, tópicas y totalmente trasnochadas en torno a la idiosincrasia de las mujeres. No se puede afirmar, a las puertas del tercer milenio, que todas las mujeres -sin distinción de ningún tipo, ya sea ésta social, cultural, etcétera- hablan desde lo subjetivo. Ese subjetivismo parece ser algo que nos incapacita a las mujeres para hablar en público, así como para mantener argumentos objetivos. Según el articulista, la ...

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En el periódico del 15 de marzo, en la columna de contraportada, firmada por Vicente Verdú y titulada El chal, se hacen una serie de afirmaciones poco menos que gratuitas, tópicas y totalmente trasnochadas en torno a la idiosincrasia de las mujeres. No se puede afirmar, a las puertas del tercer milenio, que todas las mujeres -sin distinción de ningún tipo, ya sea ésta social, cultural, etcétera- hablan desde lo subjetivo. Ese subjetivismo parece ser algo que nos incapacita a las mujeres para hablar en público, así como para mantener argumentos objetivos. Según el articulista, la humanidad se divide en dos grupos: el de sexo masculino que sabe hablar las lenguas de "cultura" y el de sexo femenino que sólo se expresa con dificultad en público (sic). Aunque aparentemente el señor Verdú nunca ha oído hablar del término "imperialista cultural", le queremos felicitar por hacer gala del mismo sin ningún tipo de rubor. Nos extraña, sin embargo, que un periódico de la seriedad de EL PAÍS se preste a publicar este tipo de panfletos.-

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