Major convoca para el 1 de mayo las elecciones que se anuncian como las del retorno del laborismo

La campaña electoral más larga de los últimos 70 años de historia británica quedó inaugurada ayer cuando el primer ministro conservador, John Major, anunció que los comicios se celebrarán el 1 de mayo. Major confirmó la fecha en una breve comparecencia a la entrada de su residencia oficial, en Downing Street, tras la visita protocolaria al Palacio de Buckingham para pedir a la reinaque disuelva el Parlamento. Pese a las malas perspectivas para los conservadores, Major se mantuvo optimista. "Vamos a ganar aunque vayamos por detrás en las encuestas, lo mismo que hicimos en 1992", dijo.

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La campaña electoral más larga de los últimos 70 años de historia británica quedó inaugurada ayer cuando el primer ministro conservador, John Major, anunció que los comicios se celebrarán el 1 de mayo. Major confirmó la fecha en una breve comparecencia a la entrada de su residencia oficial, en Downing Street, tras la visita protocolaria al Palacio de Buckingham para pedir a la reinaque disuelva el Parlamento. Pese a las malas perspectivas para los conservadores, Major se mantuvo optimista. "Vamos a ganar aunque vayamos por detrás en las encuestas, lo mismo que hicimos en 1992", dijo.

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El líder laborista, Tony Blair, optó por jugar la baza de la cautela: "No doy nada por garantizado. Soy el eterno luchador contra la complacencia". De acuerdo con las normas británicas, el Parlamento será disuelto después de la Semana Santa.. A partir de ese momento, los diferentes partidos que concurren a las elecciones publicarán sus rnanifiestos, un trámite que dará paso a la campaña electoral oficial, que en el Reino Unido no supera normalmente las cuatro semanas. No obstante, la campaña de hecho lleva más de un mes en marcha. Ayer mismo, nada más confirmar la fecha de la Jornada electoral, Major se desplazó a la localidad de Luton, al norte de Londres para tomar contacto con el ciudadano de a pie, y Tony Blair hizo lo propio, en su caso, viajando a Gloucester.Los conservadores, o mejor dicho, John Major, están convencidos de que una campaña larga puede ser la última baza a jugar para intentar alzarse con un quinto mandato, sin precedentes en la historia británica reciente. Los conservadores llegaron al poder en 1979 de la mano de Margaret Thatcher, a la que sucedió Major en 1990. Los laboristas se verán obligados a respondar a muchas preguntas y ser mucho más explícitos en materia de impuestos de lo que lo han sido hasta ahora. En 1992, nada menos que once millones de personas decidieron su voto la última semana de la campaña electoral.

"Los británicos nos van a votar porque hemos transformado el país en 18 años de conservadurismo. Se ha llevado a cabo una verdadera revolución en las posibilidades de elección de la gente, en ofrecer nuevas oportunidades y elevar el nivel de vida", razonó Major en su intervención de ayer. "Seguid votándonos, votad a John Major, hasta que terminemos la tarea", reclamó su antecesora en el cargo, Margaret Thatcher, ansiosa de ofrecer a Major una prueba de apoyo y lealtad tras unas desastrosas declaraciones en las que le daba el visto bueno a Tony Blair.

Una y otro, como el resto del Gabinete y la inmensa mayoría de los militantes conservadores son conscientes de las dificultades que entraña esta batalla electoral. Nunca un primer ministro en la historia reciente del Reino Unido se ha presentado a la reelección con las encuestas de opinión tan adversas. El último sondeo muestra a los laboristas 25 puntos por delante. Existe, por supuesto, un margen de error y el inevitable factor sorpresa. En abril de 1992, Major se alzó con el triunfo contra todo pronóstico y contra todas las encuestas. De ahí que nadie se atreva a contarle ya como un cadáver político. Pero, esta vez, los comentaristas políticos coinciden en apuntar que lo que Major necesita es un milagro.

Tras una semana tormentosa para los conservadores, con escándalos relacionados con la falta de higiene en los mataderos del país que han dejado bajo mínimos la popularidad del ministro de Agricultura, Douglas Hogg, el primer ministro eligió un momento relativamente bueno para anunciar la fecha electoral. Las estadísticas del Ministerio del Interior publicadas ayer recogen un descenso global en los índices de delincuencia en el país.

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El calendario electoral fijado ayer supone que la reina pronunciará el 14 de mayo en el Parlamento el discurso con el programa de Gobierno del ganador el día 1.

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