Travestismo judicial

Una sesión kafkiana la de ayer. El acusado-abogado Conde parecía ser en ciertos momentos el fiscal del caso Argentia y el fiscal Ignacio Gordillo el acusado. La toga, el dominio completo del plató de la sala de juicios de la Audiencia Nacional, conferían a Conde un aire irreal. El banquillo de acusados estaba de sierto. A Kafka, pues, se le unía André Bretón, el creador del surrealismo.El fiscal Gordillo fue replicado a lo largo. de la casi hora y media de declaración. "Señor fiscal", subrayó Conde, "yo no declaré que los 600 millones fueron al PSOE ni bajo amenaza de un mandamie...

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Una sesión kafkiana la de ayer. El acusado-abogado Conde parecía ser en ciertos momentos el fiscal del caso Argentia y el fiscal Ignacio Gordillo el acusado. La toga, el dominio completo del plató de la sala de juicios de la Audiencia Nacional, conferían a Conde un aire irreal. El banquillo de acusados estaba de sierto. A Kafka, pues, se le unía André Bretón, el creador del surrealismo.El fiscal Gordillo fue replicado a lo largo. de la casi hora y media de declaración. "Señor fiscal", subrayó Conde, "yo no declaré que los 600 millones fueron al PSOE ni bajo amenaza de un mandamiento de prisión". Esta dedicatoria al juez Miguel Moreiras la repitió Conde al menos cinco veces. "Ni bajo amenaza de un mandamiento de prisión..."

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Fue elocuente cuando Conde intentó explicar a Gordillo cómo se compraban sociedades de dos y diez dólares de capital en los paraísos fiscales. "Uno va a un bufete de abogados y se compra un stock de sociedades", dijo, haciendo gala de hombre de mundo.

Y aún resultó más pedagógico cuando apuntó: "Señor fiscal, si usted hubiera sido accionista de Banesto hubiera estado muy contento con el pago de los 600 millones de pesetas".

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