La nuclear de Zorita sustituye la tapa de su vasija

A las 11,47 de ayer, la vieja tapa de la vasija de la central nuclear de Zorita apareció por un boquete de 3,6 por 5 metros practicado en la cúpula de acero del edificio de contención. Iba agarrada por una grúa de 225 toneladas, a la que se había incorporado un útil de izado fabricado especialmente, conocido por los trabajadores como el donuts, y que tenía por misión depositar suavemente la vieja tapa sobre un móvil que la trasladó a un vecino almacén de residuos; luego alzó la tapa nueva, de 23 toneladas de peso, y la introdujo en la cúpula semiesférica del reactor. A las 12,15 con...

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A las 11,47 de ayer, la vieja tapa de la vasija de la central nuclear de Zorita apareció por un boquete de 3,6 por 5 metros practicado en la cúpula de acero del edificio de contención. Iba agarrada por una grúa de 225 toneladas, a la que se había incorporado un útil de izado fabricado especialmente, conocido por los trabajadores como el donuts, y que tenía por misión depositar suavemente la vieja tapa sobre un móvil que la trasladó a un vecino almacén de residuos; luego alzó la tapa nueva, de 23 toneladas de peso, y la introdujo en la cúpula semiesférica del reactor. A las 12,15 concluyeron todas estas maniobras, las más delicadas del rejuvenecimiento de esta central, la más antigua de España y que podrá así funcionar hasta el año 2008 si continúa pasando las revisiones."Espero que lo que habéis visto contribuya, a rebatir los argumentos de quienes han dicho que esta central es una antigüalla y un peligro para sus trabajadores y población del entorno", dijo a los periodistas el director de la planta, Aquilino Rodríguez. Si el calendario se cumple, la central volverá a conectar con la red eléctrica nacional el próximo, de abril. Será el final de una larga peripecia que comenzó en 1994 al descubrirse una grieta en una de las penetraciones de reserva de la tapa. Una inspección detectó un proceso de agrietamiento múltiple.

Inicialmente la propietaria, Unión Fenosa decidió reparar la tapa, y se pudo reiniciar la actividad en junio de 1995. Pero la empresa prefirió construir paralelamente una tapa nueva en Santander para librarse de una inspección permanente durante cada parada.

El gran tamaño de la nueva tapa impedía que cupiera por la puerta. Desde el lunes, trabaja dores especializados han corta do día y noche a 30 metros de altura con radiales un rectángulo de acero al carbono de 16 milímetros de espesor, para que por allí pudiera entrar la nueva tapa, de 3,30 metros.

En todo el proceso de sustitución de la tapa, el recinto de contención estuvo abierto con el evidente peligro de fugas", según Aedenat. Aquilino Rodríguez explicó a los periodistas que con el reactor parado, enfriado y despresurizado "no hay riesgo de fugas, siempre que no se mueva el combustible".

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