Fraga anuncia la revisión de las empresas pirotécnicas tras la explosión de Orense

El presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, anunció ayer que se procederá por parte de la Administración autonómica a la revisión de las medidas de seguridad en las empresas pirotécnicas tras el accidente que, en la noche del pasado miércoles, costó la vida en órense a tres personas y heridas de gravedad a una cuarta cuando manipulaban un artefacto en un descampado a las afueras de la capital. Uno de los cadáveres fue recuperado el mismo día de la explosión y ayer fueron localizados los otros dos, que se dieron por desaparecidos. La Consejería de Interior abrirá una investigación.El go...

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El presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, anunció ayer que se procederá por parte de la Administración autonómica a la revisión de las medidas de seguridad en las empresas pirotécnicas tras el accidente que, en la noche del pasado miércoles, costó la vida en órense a tres personas y heridas de gravedad a una cuarta cuando manipulaban un artefacto en un descampado a las afueras de la capital. Uno de los cadáveres fue recuperado el mismo día de la explosión y ayer fueron localizados los otros dos, que se dieron por desaparecidos. La Consejería de Interior abrirá una investigación.El gobernador civil de la provincia, Jesús de Juana, confirmó que la explosión se debió a una imprudencia y que este tipo de prácticas requiere un permiso especial de la Guardia Civil que no fue solicitado, así como unas medidas de seguridad que sólo permiten la manipulación de artefactos pirotécnicos en los recintos industriales autorizados.

Los primeros indicios hacen suponer que Manuel Cabo Requejo, muerto en el siniestro y propietario de la pirotecnia Josman, de la que a su vez eran empleados las otras dos víctimas mortales y el herido, eligió un lugar como el campo de Reza y cerca del río para probar un nuevo artilugio.

La familia Cabo, de reconocido prestigio en el ámbito empresarial de los fuegos de artificio, se ha visto castigada hasta el punto de perder en explosiones precedentes a siete familiares, a los que ahora se suman Manuel y su yerno, Eligio Rodríguez Deza. Cabo, de quien se resalta su profesionalidad y meticulosidad en la manipulación de explosivos, perdió desde 1981 en el ejercicio de la pirotecnia a tres hermanos, a su padre, una hija, un sobrino y un cuñado, además de su yerno en esta ocasión.

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