Cartas al director

Coche atrapado

El secuestro del que es víctima mi coche me causa graves perjuicios. Me dirijo a usted para expresar una frustración de la que, con seguridad, han sido víctimas muchos de sus lectores. El 'vuelva usted mañana' que puso de moda Larra, sigue vigente en España; es un traje que no nos podemos quitar. Mi coche, una de mis herramientas de trabajo, un Nissan Primera, ha dormitado en los talleres del concesionario oficial, en la calle Julián Camarillo, 41, de Madrid, cuatro de los últimos seis meses, aquejado de una enfermedad que los mecánicos, hasta la fecha de hoy, no han podido diagnosticar ni ali...

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El secuestro del que es víctima mi coche me causa graves perjuicios. Me dirijo a usted para expresar una frustración de la que, con seguridad, han sido víctimas muchos de sus lectores. El 'vuelva usted mañana' que puso de moda Larra, sigue vigente en España; es un traje que no nos podemos quitar. Mi coche, una de mis herramientas de trabajo, un Nissan Primera, ha dormitado en los talleres del concesionario oficial, en la calle Julián Camarillo, 41, de Madrid, cuatro de los últimos seis meses, aquejado de una enfermedad que los mecánicos, hasta la fecha de hoy, no han podido diagnosticar ni aliviar.Al finalizar el primer ingreso, luego de un mes de internamiento, pude Conducir y disfrutar -tal es el eslógan de la marca- durante dos dias; vuelve a ingresar en el taller y, luego de digos y diretes, y de diagnósticos varios, me lo devuelven un mes y medio después. Esta vez 'conduzco y disfruto' del automóvil durante dos meses; hace ya un mes que nuevamente lo tengo secuestrado y los técnicos no dan con su dolencia, aunque diagnósticos le sobran.

Durante este tiempo, ruegos y soluciones del que yo llamo servicio de Desatención al cliente de 'Conduce y disfruta'; ya no soy cliente;, perdí esa condición el mismo dia que les compré el coche. El gerente del taller mencionado siempre está comiendo o desayunando, o yéndose a casa o en una reunión, mientras mi coche sigue dormitando en su taller día tras día.

En definitiva, que me siento solo (y sin mi coche) y por ello me dirijo a usted para que, al menos, alguien me oiga.-

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