Josu Ternera niega ante Garzón haber estado en la cúpula de ETA
José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, que fue máximo dirigente de ETA tras la muerte de Txomin Iturbe, hasta su detención en enero de 1989, negó ayer ante el juez Baltasar Garzón que hubiese formado parte de la cúpula o el aparato financiero de la organización terrorista.Garzón interrogó a Josu Ternera sobre los manuscritos que le fueron intervenidos cuando fue detenido. El dirigente etarra negó ser el autor de esos textos, haber pertenecido a la dirección de ETA o al aparato de finanzas y haber participado en la recaudación del impuesto revolucionario.
Al t...
José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, que fue máximo dirigente de ETA tras la muerte de Txomin Iturbe, hasta su detención en enero de 1989, negó ayer ante el juez Baltasar Garzón que hubiese formado parte de la cúpula o el aparato financiero de la organización terrorista.Garzón interrogó a Josu Ternera sobre los manuscritos que le fueron intervenidos cuando fue detenido. El dirigente etarra negó ser el autor de esos textos, haber pertenecido a la dirección de ETA o al aparato de finanzas y haber participado en la recaudación del impuesto revolucionario.
Al terrorista le fueron mostrados dos informes periciales, uno sobre unos documentos intervenidos en la cooperativa Sokoa y otro sobre los papeles que le fueron incautados durante su detención, que atribuyen a la misma mano la autoría, y otorgan una muy alta probabilidad de que Josu Ternera sea el autor.
Urrutikoetxea tiene abierto en el juzgado de Garzón un proceso por tentativa de asesinato de un militar. Además, tiene otros sumarios pendientes en el juzgado de Javier Gómez de Liaño, uno de ellos por pertenencia a banda armada en grado de dirigente. Ternera, que ha cumplido condena en Francia, fue entregado a las autoridades españolas el 4 de mayo de 1996.
Por otra parte, la Audiencia Nacional condenó ayer a 37 años de prisión al etarra miembro del comando Vitoria José Luis Carmona, por el asesinato de Ramón Buñuelos en Bilbao, en 1988, informa Efe.
Según la sentencia, al delito de asesinato se suma otra condena por estragos y el pago de 20 millones a los herederos de Buñuelos, a quien la cúpula de ETA resolvió matar "por tener noticias de que se trataba de un traficante de drogas". El atentado se cometió con una bomba colocada en los bajos del vehículo de la víctima.