Barajas cancela por la niebla 32 vuelos y desvía otros 12 en una nueva jornada de desbarajuste

El aeropuerto Barajas sufrió ayer otro desbarajuste. Una densa bruma cegó las pistas desde las 7.00 hasta las 11.30. En ese intervalo, la mitad de los vuelos se vieron afectados: 32 sufrieron retrasos y otros 55 fueron cancelados o desviados. Este desbarajuste mostró, de nuevo, la escasa operatividad del sistema antiniebla del aeródromo. Iberia y Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) alegaron que el problema residió en que la mitad de los aviones que iba a despegar o aterrizar a esas horas carecía del receptor que permite descodificar la señal que emite la torre de control para guiar...

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El aeropuerto Barajas sufrió ayer otro desbarajuste. Una densa bruma cegó las pistas desde las 7.00 hasta las 11.30. En ese intervalo, la mitad de los vuelos se vieron afectados: 32 sufrieron retrasos y otros 55 fueron cancelados o desviados. Este desbarajuste mostró, de nuevo, la escasa operatividad del sistema antiniebla del aeródromo. Iberia y Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) alegaron que el problema residió en que la mitad de los aviones que iba a despegar o aterrizar a esas horas carecía del receptor que permite descodificar la señal que emite la torre de control para guiar a los aparatos entre la bruma. El citado sistema, sin embargo, lleva más de cinco años en funcionamiento.

El 1 de noviembre de 1991 el aeropuerto puso en marcha un sistema de comunicación, denominado Instrumental Landing System (lLS), que permitía guiar a los aviones hasta las pistas en caso de escasa visibilidad. La puesta en marcha del sistema elevó la categoría de la pista de Barajas y la homologó a los aeropuertos punteros del resto de Europa. Entre las ventajas principales que iban a encontrar los aviones estaba, en teoría, la de evitar desvíos y también soslayar los retrasos debidos a las malas condiciones meteorológicas. Un año después de su entrada en funcionamiento, sin embargo, se demostró que un tercio de los pilotos de Iberia seguía sin saber aterrizar con la nueva tecnología.Luego, tres años después, en 1994, el entonces director de Barajas, Juan Ignacio Lema, declaró: "En Barajas, la niebla ha dejado de ser un problema".

Ayer, sin embargo, volvieron los problemas. Entre las 7.00 y 11.30, estaban previstas 153 operaciones -77 despegues y 76 aterrizajes- en Barajas. En ese intervalo, sin embargo, 33 vuelos fueron cancelados, 32 retrasados y 12 desviados a otros, aeropuertos, nacionales. Es decir, algo más del 50% de los vuelos se vio afectado por la niebla, por ejemplo, el puente aéreo Madrid-Barcelona, que estuvo paralizado durante dos horas, entre las ocho y las diez de la mañana.

Retraso medio de 41 minutos

El tiempo de retraso medio en Barajas fue de 41 minutos, según AENA. Pero hubo demoras de hasta siete horas, este fue el caso del trayecto Santiago de Compostela-Madrid. El avión tenía que aterrizar en Barajas a las 10.15. Tuvo que ser desviado a Valencia y no llegó a la capital hasta las 17.15.La niebla afectó tanto a los aviones nacionales como internacionales. El vuelo Marsella-Madrid tuvo que aterrizar en Niza y el trayecto entre Nueva York y Madrid acabó en Alicante. El avión de la companía TAI entre Bangkok y Madrid se desvió a Valencia.

AENA, alegó que muchos aviones carecían en sus cabinas del citado receptor y que, por tanto, no pudieron guiarse con el sistema antiniebla del aeródromo.

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"Sólo los aviones más modernos, como el Airbus, llevan el descodificador de señal necesario para asimilar la información del sistema antiniebla. La mayoría de los aparatos, sin embargo, carece de ese receptor", explicó una empleada de Iberia.

El espeso blanco de niebla que cubrió el aeropuerto tuvo también efectos en tierra. En los mostradores del puente aéreo -cuyos aviones ni siquiera pudieron despegar- se registraron aglomeraciones de viajeros. La lista de espera para embarcar llegó a ser de 500 personas, según una azafata.

"La culpa no es de Iberia"

"Llevamos una semana de muchos problemas y la gente, está muy enfadada, se queja constantemente a Iberia por los retrasos, cuando la culpable es de AENA", indicó la empleada de Iberia.Una trabajadora de AENA en la oficina de información negó que hubiera "anomalía alguna" en el calendario de vuelo. Sin embargo, en las pantallas del aeropuerto se podía leer a las siete de la tarde la palabra retrasado en siete vuelos. "Son los coletazos de las demoras ocasionadas por la niebla esta mañana", explicó una encargada de Iberia.

El aeropuerto madrileño lleva en jaque desde que el 19 de diciembre una máquina perforadora dañó el suministro eléctrico y cerró las pistas durante cuatro horas. Posteriormente, el martes pasado, se produjo un nuevo colapso. Esta vez fue debido a que, en pleno temporal de nieve, el sistema antihielo fracasó estrepitosamente por un fallo de construcción.

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