En memoria de José Pérez Llorca

Ha muerto José Pérez Llorca, catedrático emérito de Oftalmología de la Universidad Complutense y miembro de número de la Real Academia Nacional de Medicina. Como docente e investigador de su disciplina ocupó un lugar distinguido en la pléyade de los españoles que a lo largo de este siglo -Barraquer, Arruga, Márquez, Carreras, Díaz Caneja- tan brillantemente la han cultivado. En otro lugar serán adecuadamente recordados sus méritos como universitario y como oftalmólogo. En éste tal vez sea más oportuno consignar la exquisita eminencia con que a lo largo de su vida muy personalmente supo continu...

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Ha muerto José Pérez Llorca, catedrático emérito de Oftalmología de la Universidad Complutense y miembro de número de la Real Academia Nacional de Medicina. Como docente e investigador de su disciplina ocupó un lugar distinguido en la pléyade de los españoles que a lo largo de este siglo -Barraquer, Arruga, Márquez, Carreras, Díaz Caneja- tan brillantemente la han cultivado. En otro lugar serán adecuadamente recordados sus méritos como universitario y como oftalmólogo. En éste tal vez sea más oportuno consignar la exquisita eminencia con que a lo largo de su vida muy personalmente supo continuar la serie ilustre de nuestros médicos liberales: Hernando, Marañón, Jiménez Díaz, Pedro Pons, González Duarte, Rof Carballo, Casas, Orts Llorca, Vega Díaz, entre los que ya no viven y yo he tenido la suerte de tratar.Liberales, más no como doctrinarios o secuaces de una ideología política y económica más o menos vigente en el mundo actual -nadie mejor que Marañón ha definido este otro aspecto del liberalismo-, sino como titulares de un talante personal, como ejemplares de un modo de ser hombre abierto al reconocimiento público y privado de los demás modos de serlo, más aún, respetuoso con ellos y, con su particular conducta, postulante de una sociedad en la que la condición liberal sea habitualmente posible.

De modo bien notorio, delicadamente ejemplar, así supo ser liberal José Pérez Llorca en los no pocos años de su existencia de español y en las diversas situaciones, para él no siempre fáciles, de la vida española de este siglo. Con emoción y agradecimiento lo recordarán, estoy seguro, cuantos como compañeros o como amigos le conocieron.

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