Álvarez Cascos afirma que el terrorismo de los GAL surgió en "la bodeguilla" de González

El vicepresidente primero del Gobierno de José María Aznar y secretario general del Partido Popular, Francisco Álvarez Cascos, incorporó ayer en Mérida una nueva definición para el montaje de los GAL: "Fue sencillamente terrorismo de bodeguilla", en alusión a la sala de La Moncloa donde Felipe González se reunía con personas de su confianza cuando presidía el Ejecutivo. Álvarez Cascos se mostró especialmente crítico, durante la clausura del congreso del PP en Extremadura, con el líder de los socialistas; pronosticó que "el juicio histórico será muy duro con Felipe González". Además le atribuyó...

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El vicepresidente primero del Gobierno de José María Aznar y secretario general del Partido Popular, Francisco Álvarez Cascos, incorporó ayer en Mérida una nueva definición para el montaje de los GAL: "Fue sencillamente terrorismo de bodeguilla", en alusión a la sala de La Moncloa donde Felipe González se reunía con personas de su confianza cuando presidía el Ejecutivo. Álvarez Cascos se mostró especialmente crítico, durante la clausura del congreso del PP en Extremadura, con el líder de los socialistas; pronosticó que "el juicio histórico será muy duro con Felipe González". Además le atribuyó "cobardía moral y política" por "haber dejado tirados en la cuneta a sus colaboradores".

Ante más de 700 afiliados que abarrotaban el polideportivo emeritense, donde clausuró el congreso regional del PP de Extremadura, Francisco Álvarez Cascos fue descalificando paulatinamente a Felipe González. Utilizó un tono pausado pero duro. Primero, consideró como una "perla" las manifestaciones del líder socialista en el sentido de que el montaje de los GAL no fue terrorismo de Estado sino "incidentes normales" en un país sacudido por el terrorismo. Después aseguró estar de acuerdo con González "en que el GAL no fue terrorismo de Estado", porque eso "supondría que todos los poderes del Estado estaban metidos en el asunto".En esa interpretación, Cascos se permitió delimitar responsabilidades: "La verdad es que la inmensa mayoría del Estado, de los poderes del Estado y de los servidores públicos no tenían nada que ver con eso [el GAL]; es más, lo rechazaban y repudiaban. El GAL fue sencillamente terrorismo de bodeguilla".

Pero fue mucho más lejos en sus referencias a La Moncloa. A su juicio, los GAL fueron "actos terroristas impulsados, organizados y relacionados con personas del entorno de la confianza de Felipe González y de su Gobierno. Y por eso no puede ser terrorismo de Estado. En todo caso, digo, era algo que orquestaba Felipe González y gente de su confianza, porque gente de su confianza escribieron la partitura de la estrategia de los GAL, gente de la confianza de Felipe González ejecutaron esa partitura y, por supuesto, con recursos procedentes de los fondos reservados que sólo las personas de confianza de Felipe González administraban".

Desde ese contexto, el secretario general del PP se explayó: "Bueno, para poder dejarlo en 'incidentes normales' no están mal los 28 muertos en la mochila. Probablemente por eso, porque el terrorismo de Estado hubiera producido -Felipe González por lo visto es un experto- no sé cuántos cientos de muertos, el terrorismo de bodeguilla se quedó dramáticamente en 28 asesinatos".

Álvarez-Cascos retó al ex presidente del Gobierno a que señalase un solo país "donde existiendo problemas de terrorismo ante los tribunales de justicia estén imputados ministros del Gobierno, directores generales de Seguridad, jefes del mando único contra la lucha antiterrorista, jefes de las brigadas especiales y dirigentes provinciales del partido".

El vicepresidente primero del Gobierno emplazó también con contundencia a que Felipe González diga "un solo país del mundo donde se hayan producido incidentes parecidos a éstos: en ninguno". El dirigente popular pronosticó para González un panorama sombrío: "Al igual que no superó el juicio político de la mayoría de los españoles, tampoco va a superar el juicio histórico; sencillamente, porque le ha faltado entereza, el sentido de la responsabilidad y la gallardía moral y política para hacerse responsable de todo con lo que hoy cargan sus subordinados".

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Juicio histórico a González

El número dos del Ejecutivo, centro de la campaña socialista en las elecciones del 3 de marzo pasado, añadió: "Para ser un dirigente con orgullo hay que asumir ciertos, errores y responsabilidades, y el juicio histórico va a ser muy duro con González por esa cobardía moral y política para dejar tirados en la cuneta a aquéllos que secundaron su política".

En medio de una ensordecedora salva de aplausos, Cascos concluyó: "Con el PP jamás hubiera habido un GAL, jamás en estos momentos se puede pensar en un GAL y jamás habrá un GAL para combatir, desde una banda armada impulsada desde el Estado, a los terroristas de ETA, a los que el Partido Popular se enfrenta con la legitimidad democrática y los instrumentos e la democracia".

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