Cartas al director

La provocación de Le Pen

Decía Thomas Bernhard que nadie más aburrido que el repetidor de noticias de periódico, pero hay mañanas que te topas con sapos difíciles de tragar si no los trituras en conversación * Éste es el caso de las declaraciones del líder del Frente Nacional francés, Jean Marie Le Pen, recogidas por EL PAíS del 13 de septiembre: "Yo creo en la desigualdad entre las razas humanas. Me limito a formular en voz alta lo que piensa todo el mundo. Durante los Juegos Olímpico se hizo evidente, una vez más, que hay desigualdad entre la raza blanca y la raza negra. Decirlo es una obviedad".Lo abyecto de esta p...

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Decía Thomas Bernhard que nadie más aburrido que el repetidor de noticias de periódico, pero hay mañanas que te topas con sapos difíciles de tragar si no los trituras en conversación * Éste es el caso de las declaraciones del líder del Frente Nacional francés, Jean Marie Le Pen, recogidas por EL PAíS del 13 de septiembre: "Yo creo en la desigualdad entre las razas humanas. Me limito a formular en voz alta lo que piensa todo el mundo. Durante los Juegos Olímpico se hizo evidente, una vez más, que hay desigualdad entre la raza blanca y la raza negra. Decirlo es una obviedad".Lo abyecto de esta premeditada provocación no son sólo las obvias conclusiones que Le Pen se reserva, sino también la sospecha que provocan, esto es, que Le Pen y los que piensan como él ("todo el mundo") están convencidos en su ignorancia que plantean un debate, quizá injusto pero seguro que cierto, contra mojigatos que les critican pero que no tienen nada que responder a su verdad implacable, bien aderezada, si se desea, con ejemplos históricos y climáticos. Tamaña ceguera y cobardía es exasperante. La unica obviedad es la de igualdad de derechos de todos los hombres. Hay un viejo proverbio castellano muy al caso, que sentencia: "Nadie es más que nadie", y con ello se quiere decir que por mucho que un hombre valga, , nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre.Si se comprende lo anterior se termina el debate antes de empezarlo, es un absoluto que eclipsa cualquier otro intento de discusión racista, ya no hay posteriores consideraciones sobre el color o el clima, la fuerza o la inteligencia, la cultura o la historia. Ya no hay más inquisiciones, no puede haberlas.-

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