Tribuna:

Entropía

Es al volver de vacaciones cuando una advierte, con más claridad que nunca, que las leyes de la Termodinámica son correctas. O sea, es cuando te das cuenta de que funciona a tutiplén la perversa entropía. Regresas de un lugar más o menos plácido y remoto, en lo geográfico y en lo íntimo, sin periódicos, sin televisión y sin necesidad de aborrecerte por las mañanas cuando te miras al espejo, y hete aquí que te encuentras con que el mundo no es que siga igual que antes, sino que ha empeorado. Eso es la entropía: la fórmula física de la certidumbre pesimista.Mi pesimismo hoy crece lustroso ante e...

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Es al volver de vacaciones cuando una advierte, con más claridad que nunca, que las leyes de la Termodinámica son correctas. O sea, es cuando te das cuenta de que funciona a tutiplén la perversa entropía. Regresas de un lugar más o menos plácido y remoto, en lo geográfico y en lo íntimo, sin periódicos, sin televisión y sin necesidad de aborrecerte por las mañanas cuando te miras al espejo, y hete aquí que te encuentras con que el mundo no es que siga igual que antes, sino que ha empeorado. Eso es la entropía: la fórmula física de la certidumbre pesimista.Mi pesimismo hoy crece lustroso ante el bloqueo de las expectativas de regeneración de este país. Vuelvo de vacaciones y me encuentro con una ley de secretos oficiales espeluznante que consagrará la impunidad. El poder siempre tiende a ser eterno y absoluto, y por eso las democracias avanzadas van desarrollando nuevos métodos de control de ese poder y potenciando la transparencia, para perfeccionar el sistema frente al abuso. Una ley que impide que los gobernantes puedan ser controlados es una catástrofe. No sólo no limpiaremos nunca las porquerías del anterior Gobierno, con lo cual los muertos se nos van a pudrir bajo la alfombra y atufarán muchísimo, sino que, además, tanto los gobernantes actuales como los futuribles tendrán las manos libres para atropellar la legalidad a troche y moche. Yo habré cumplido 95 años cuando desclasifiquen los secretos del PSOE: pienso aguantar viva, llevada por la rabia, y escribir en su momento un artículo incendiario en el Boletín Interno del Asilo de Ancianos. Qué indefensión tan absoluta. Ha llegado la derecha al, poder en este país y se ha demostrado que aquellos vídeos electorales del PSOE eran mentira. Lo malo no es que los del PP se parezcan al dóberman fascista: lo malo es que se parecen a los de antes.

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