Cocinero antes que alcalde

Los mandamases de Rascafría guisandos vaquillas para sus vecinos

Un caldero en el que cuecen mil raciones de caldereta desprende mucho calor, aun que la lumbre esté encendida bajo unos chopos a los pies de Peñalara. Por eso, los cocineros, el alcalde de Rascafría (1.431 habitantes), el independiente Antonio Velasco, y sus ediles se han descamisado Dara rehogar las dos vaquillas de la capea. Mientras ellos remueven el guiso, sus esposas se encargan, en palabras del regidor, "de la parte sórdida": llorar troceando 25 kilos de cebollas, y hacer callo pelando 300 de patatas. Antes de ganar sus primeras elecciones, el alcalde fue cocinero en la hospedería de E...

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Un caldero en el que cuecen mil raciones de caldereta desprende mucho calor, aun que la lumbre esté encendida bajo unos chopos a los pies de Peñalara. Por eso, los cocineros, el alcalde de Rascafría (1.431 habitantes), el independiente Antonio Velasco, y sus ediles se han descamisado Dara rehogar las dos vaquillas de la capea. Mientras ellos remueven el guiso, sus esposas se encargan, en palabras del regidor, "de la parte sórdida": llorar troceando 25 kilos de cebollas, y hacer callo pelando 300 de patatas. Antes de ganar sus primeras elecciones, el alcalde fue cocinero en la hospedería de El Paular. Para el edil de Cultura, Alfredo López, guisar para los mil vecinos es un "gesto para que entiendan que estamos para servirles".

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