Yeltsin preocupa

( ... ) Desde hace seis semanas, Yeltsin prácticamente había desaparecido de la escena pública; ya desde antes de su victoria electoral, sus conciudadanos y con ellos un mundo cada vez más irritado sólo han podido verle durante breves apariciones en la televisión estatal. Hace tan solo unos pocos días, una persona que -en aquel momento- pertenecía al círculo de confianza del presidente hablaba del "tremendo cansancio" que le había sobrevenido a Yeltsin tras la campaña electoral. Y cuando el jueves llegaron a Moscú los primeros invitados a la ceremonia de la toma de posesión, escucharon que nad...

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( ... ) Desde hace seis semanas, Yeltsin prácticamente había desaparecido de la escena pública; ya desde antes de su victoria electoral, sus conciudadanos y con ellos un mundo cada vez más irritado sólo han podido verle durante breves apariciones en la televisión estatal. Hace tan solo unos pocos días, una persona que -en aquel momento- pertenecía al círculo de confianza del presidente hablaba del "tremendo cansancio" que le había sobrevenido a Yeltsin tras la campaña electoral. Y cuando el jueves llegaron a Moscú los primeros invitados a la ceremonia de la toma de posesión, escucharon que nada más acabar el acto el presidente iniciaría unas vacaciones que, presumiblemente, pueden durar dos meses. Es preocupante no sólo la salud, sino también la situación política de Yeltsin, como puede observarse de forma drástica estos días en Chechenia. A pesar de todo, dispone de un poder sin igual. Pero es precisamente el hecho de que la Constitución rusa tenga un corte absolutamente presidencialista lo que produce una inquietud tan grande respecto a la situación de Yeltsin. Detrás de él no hay disponible, por ejemplo, un liderazgo colectivo de recambio. Desde la reelección de un presidente al que cada vez puede pedirse menos lo que existe es, por el contrario, una lucha por el poder más o menos encubierta. El arranque del segundo mandato presidencial no promete, como había asegurado Yeltsin, un nuevo y enérgico inicio. 9 de agosto

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