Getafe, capital del mundo

La música de todos los rincones del planeta ha invadido un viejo hospital durante un mes

Una danza turca, una melodía sefardí, un plato de la cocina senegalesa, un son cubano, una rumba gitana, un fado portugués, una flauta marroquí, un vallenato colombiano o una guitarra flamenca han convertido a Getafe (144.662 vecinos) durante un mes en la capital del mundo. El viejo claustro del Hospitalillo de San José, antaño lugar de acogida de indigentes y enfermos sin recursos de Getafe y Pinto y sede de los servicios sociales del Ayuntamiento getafense, ha recuperado su vocación de centro de acogida, esta vez de la cultura del mundo y la música sin fronteras.A la fresca de sus soport...

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Una danza turca, una melodía sefardí, un plato de la cocina senegalesa, un son cubano, una rumba gitana, un fado portugués, una flauta marroquí, un vallenato colombiano o una guitarra flamenca han convertido a Getafe (144.662 vecinos) durante un mes en la capital del mundo. El viejo claustro del Hospitalillo de San José, antaño lugar de acogida de indigentes y enfermos sin recursos de Getafe y Pinto y sede de los servicios sociales del Ayuntamiento getafense, ha recuperado su vocación de centro de acogida, esta vez de la cultura del mundo y la música sin fronteras.A la fresca de sus soportales, Getafe ha contemplado qué se hace por ahí, en la música y en la cultura, más allá de sus límites territoriales. Y ha llegado hasta los rincones más remotos del planeta, de Guinea a India, de Andalucía a Colombia, del Mediterráneo al Atlántico, de Estados Unidos a Camerún. Todo ha cabido y ha tenido representación en el III Encuentro Internacional de World Music Getafe 96 (EIWMG).

"Además de: servir para ver cómo se vive en otras partes de! mundo, vale también para que los propios getafeños descubran este acogedor claustro de su pueblo", reconocía anoche Manuel Praena, director de Cultura del Ayuntamiento de Getafe. "Fue curioso ver a los más viejos hippies del pueblo que vinieron el día de la música india". Alrededor de trescientas personas han llenado cada noche el recinto. Jóvenes maduros que. conservan aún esa. pinta de intelectuales ex progres y que traen a sus hijos a "que empiecen a degustar músicas más exquisitas y no bakalao", decía ayer Alfredo, un profesor de instituto de Getafe que conservaba su barba del 68. "La mayoría son de Getafe", comentaba Praena, "por que así se hace ciudad, y no hace falta, desplazarse a Madrid. Más bien, al contrario: viene mucha gente de Madrid a este encuentro musical", aseguraba satisfecho. "Vamos a hacer canciones de la época en que en España convivía Al Andalus con Sefarad y los cristianos", comentó Rosa Zaragoza antes de su actuación. "Una época de esplendor hasta que los Reyes Católicos, en su intolerancia, decidieron que todos debíamos ser católicos". La rotundidad de la sentencia de la cantante catalana que deleitó anoche con sus cantos sintetizaba el espíritu de todo el mes.

La rentabilidad la saca Getafe por otro lado. Con sólo tres años, la cita del EIWMG se está convirtiendo en imprescindible dentro del amplio universo de las músicas, que engloba a todas las del mundo: la folclórica, la étnica o la de raíz, y hasta lo que hace poco se ha llamado new age. Una manera para que Getafe deje de ser la capital del sur y se convierta en la capital del mundo.

Lole, hoy a las 22.00, en la clausura del festival.

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