Mueren abrasados dos trabajadores de una empresa auxiliar de Bazán

Dos empleados de la empresa Iris, auxiliar de la factoría de Bazán en Ferrol (La Coruña), fallecieron ayer abrasados por las llamas cuando trabajaban con sopletes en el interior de uno dé los tanques de un petrolero atracado en la sección de reparaciones del astillero.

Los fallecidos son Sergio Díaz González, de 35 años, y Felipe Filgueira López de 45. El primero estaba casado y su esposa se encuentra embarazada. Los cuerpos sin vida fueron examinados por el forense y trasladados al depósito de cadáveres, a la espera de que los recogieran los familiares. Un tercer trabajador resultó...

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Dos empleados de la empresa Iris, auxiliar de la factoría de Bazán en Ferrol (La Coruña), fallecieron ayer abrasados por las llamas cuando trabajaban con sopletes en el interior de uno dé los tanques de un petrolero atracado en la sección de reparaciones del astillero.

Los fallecidos son Sergio Díaz González, de 35 años, y Felipe Filgueira López de 45. El primero estaba casado y su esposa se encuentra embarazada. Los cuerpos sin vida fueron examinados por el forense y trasladados al depósito de cadáveres, a la espera de que los recogieran los familiares. Un tercer trabajador resultó ileso en el accidente.

El siniestro se produjo sobre las 12.00 horas, cuando tres obreros de la empresa Iris separaban piezas viejas del interior del tanque para sustituirlas por otras nuevas.

Uno de los obreros subió a cubierta para recoger unas herramientas y observó que del conducto que conduce al interior del tanque salía humo negro y, a continuación, llamas, según informó a Europa Press la juez Enma González, titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Ferrol.

Aunque el servicio de bomberos de la factoría de Bazán intervino con prontitud, el incendio no se extinguió hasta una hora después debido a la gran intensidad de las llamas. Cuando finalmente los bomberos lograron controlar el fuego y entrar al tanque, se encontraron con los cuerpos de los dos trabajadores, carbonizados.

El uso de sopletes para separar piezas de los tanques de petróleo es un trabajo "habitual que no suele acarrear problemas, salvo alguna llama aislada causada por restos de combustible y que no suele tener peligro para los obreros ", según explicó la juez, quien desconoce aún los motivos por los que la combustión accidental fue de tal magnitud.

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La empresa nacional Bazán no facilitó información sobre el suceso. El origen del accidente puede radicar en la proximidad de alguna sustancia combustible a los sopletes que empleaban los trabajadores.

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