La 'venta de novias' a extranjeros, gran negocio en Rusia

La venta de bellezas a solterones extranjeros, especialmente estadounidenses, se ha convertido en Rusia en un negocio tan lucrativo como el comercio de vodka o de telenovelas latinoamericanas, según los expertos. Rusia se ha lanzado "a la venta al por mayor de su principal riqueza nacional: las mujeres", resalta el diario Komsomólskaia Pravda, que equipara las ganancias de esas transacciones con las de la venta de culebrones en un país donde las cinco cadenas de televisión dan al menos uno al día.Los dividendos no son desdeñables. Una novia rusa cuesta un mínimo de 7.000 d...

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La venta de bellezas a solterones extranjeros, especialmente estadounidenses, se ha convertido en Rusia en un negocio tan lucrativo como el comercio de vodka o de telenovelas latinoamericanas, según los expertos. Rusia se ha lanzado "a la venta al por mayor de su principal riqueza nacional: las mujeres", resalta el diario Komsomólskaia Pravda, que equipara las ganancias de esas transacciones con las de la venta de culebrones en un país donde las cinco cadenas de televisión dan al menos uno al día.Los dividendos no son desdeñables. Una novia rusa cuesta un mínimo de 7.000 dólares (unas 90.000 pesetas). La oferta de mujeres ansiosas de contraer matrimonio con un extranjero que las agasaje con una vida mejor supera con creces el número de pretendientes. Por aparecer en los catálogos de las agencias las candidatas pagan 100 dólares (unas 13.000 pesetas), cantidad que muchas no pueden permitirse si se tiene en cuenta que el salario medio en Rusia ronda los 130 dólares (unas 17.000 pesetas).

Las agencias matrimoniales de capital mixto ruso-estadounidense han proliferado. La presencia de intermediarios no supone un problema para las arcas de las agencias, porque las ganancias son tan grandes que todos se sirven una parte del pastel: desde los policías que emiten los visados hasta los empleados de embajadas.

En los últimos años más de 30.900 rusas han contraído matrimonio con extranjeros por ese sistema. El grueso de candidatas aspira a los solteros estadounidenses, aunque no cesa de crecer la demanda en Alemania, Italia y países escandinavos.

El show de presentación que brindan las agencias a los extranjeros es bastante siniestro. "Algo parecido a una escena de venta de esclavos en la antigua Roma, con el patricio exponiendo su mercancía de las colonias", dice Komsomólskaia Pravda. Tras el desfile en algún hotel se sirve un cóctel bautizado como Orgasmo o Beso de Cleopatra. Luego viene el restaurante, que la candidata podrá elegir y que pagará el aspirante a marido. La cama no es obligatoria.

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