De Arizona a Lavapiés

Larry Mangino llegó a España la noche de San Juan de 1981 para visitar a unos amigos de Cataluña que había conocido en su Phoenix natal. En Phoenix, capital de Arizona, había estudiado Historia del Arte y, Fotografía desde los 14 años. Aquí se quedó. La culpa la tuvo San Fermín.Desde septiembre de 1981, Mangino -sus antepasados italianos se remontan a tres generaciones- vive en Madrid. Primero, en La Latina y ahora, en Lavapiés -en la calle de Sombrerería-, dos de los barrios más castizos. "Lavapiés es muy hospitalario, muy madrileño, reúne todas las cualidades que más me atrajeron de los espa...

Larry Mangino llegó a España la noche de San Juan de 1981 para visitar a unos amigos de Cataluña que había conocido en su Phoenix natal. En Phoenix, capital de Arizona, había estudiado Historia del Arte y, Fotografía desde los 14 años. Aquí se quedó. La culpa la tuvo San Fermín.Desde septiembre de 1981, Mangino -sus antepasados italianos se remontan a tres generaciones- vive en Madrid. Primero, en La Latina y ahora, en Lavapiés -en la calle de Sombrerería-, dos de los barrios más castizos. "Lavapiés es muy hospitalario, muy madrileño, reúne todas las cualidades que más me atrajeron de los españoles. Me encanta", dice. Madrid, dice Mangino, "tiene las dosis justas de pueblo y de ciudad. Es muy bulliciosa, con la movida de una gran urbe y con una sensacional oferta cultural. No tiene nada que ver con Nueva York, Londres o París, que son agobiantes. En Madrid, todavía encuentras sitios donde poder refugiarte y alejarte de la agresividad de toda gran ciudad".

Pero Madrid ha cambiado mucho de 15 años para acá, según Mangino. "Antes se echaba la siesta todo el mundo, ahora sólo los pobres y los ricos. Menos mal que en mi calle todavía queda una pareja de ancianos que al atardecer sacan las sillas a la calle para tomar el fresco".