GESTIÓN

El concejal de Retiro instaura un cupo para los artistas del parque

La fisonomía del Retiro empezó a cambiar ayer. Y la vida de los artistas que trabajan en él, también. El concejal de este distrito, Sigfrido Herráez, y los caricaturistas a los que impidió ejercer su profesión hace un mes llegaron ayer a un acuerdo: se limita el número de pintores con derecho a trabajar en este recinto, a cada uno se le asigna una zona y se legaliza su situación con el pago de una tasa. El año que viene la medida afectará al resto de los artistas: dicen que no piensan quedarse de brazos cruzados.

Los nuevos planes del concejal de Retiro para el parque pueden terminar co...

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La fisonomía del Retiro empezó a cambiar ayer. Y la vida de los artistas que trabajan en él, también. El concejal de este distrito, Sigfrido Herráez, y los caricaturistas a los que impidió ejercer su profesión hace un mes llegaron ayer a un acuerdo: se limita el número de pintores con derecho a trabajar en este recinto, a cada uno se le asigna una zona y se legaliza su situación con el pago de una tasa. El año que viene la medida afectará al resto de los artistas: dicen que no piensan quedarse de brazos cruzados.

Los nuevos planes del concejal de Retiro para el parque pueden terminar con las actuciones espontáneas que cada fin de semana afloran alrededor del estanque. "La idea es bajar el número de actividades que hay en el Retiro", declaraba ayer Herráez. "Se trata de reordenar el parque el año que viene para que no haya aglomeraciones. Se pondrá sobre un plano del parque dónde va a estar cada actividad y habrá un tope", añade.El presidente de la Junta Municipal de Retiro insiste en que se trata de distribuir a los artistas para que no entorpezcan el paseo del público del Retiro. Los caricaturistas, en la reunión que mantuvieron ayer con Herráez y, el concejal de Medio Ambiente Adriano García Loygorri, se comprometieron a que no trabajen más de diez pintores en el Retiro este año. Y, sacando papelitos con un número, se rifaron las diez zonas por las que se distribuirán estos artistas: todos delante de la Casa de Vacas y en el Paseo del Estanque.

Los caricaturistas consiguen también legalizar su situación mediante el pago de una tasa simbólica: 2.000 pesetas. Pero la licencia expira el próximo mes de abril. Entonces habrá que hacer un nuevo sorteo. Y si hay más pintores de la cuenta que optan a trabajar en el Retiro, las licencias se concederán por sorteo.

Lo mismo pasará con el resto de los que se ganan la vida en este parque el año que viene, según explicó ayer Herráez: se sortearán las zonas en las que podrán ejercer su actividad. Y si hay más solicitudes de la cuenta, también se sorteará quién se queda y quién no. "En un mapa se situará a cada uno para que no haya aglomeraciones. Y también se legaliza su situación con el pago de unas tasas simbólicas", insiste Herráez.

Este acuerdo no ha dejado satisfechos del todo a los caricaturistas. "Yo creo que esto no es cuestión de sorteos. Es cuestión de hacer las cosas bien o mal. Dentro de unos meses nos encontraremos con el mismo problema porque en abril habrá más gente que quiera estar en el parque. Se ha luchado sólo para cuatro días", manifestaba ayer Francisco Barroso, uno de los pintores afectados por la medida. "Nos han obligado a estar en una zona sacando papelitos. Al que le ha tocado al principio del paseo, que no hay ni árboles, no le salía la voz", añade este artista.

Para la concejal del grupo socialista, Ana Tutor, se trata de una medida "absurda" y de una "chapuza". "Desde un principio dijimos que se autorizara la actividad de los artistas sin limitación porque es una actividad que ennoblece y no entorpece el paseo", afirma Tutor. "Es un atentado contra la cultura y la libertad de expresión", añade.

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Para Barroso, que lleva cuatro años como dibujante en el Retiro, el concejal se ha sacado el problema y "ahora lo vamos a tener nosotros". "Incluso lo de los helados irá a sorteo. Un señor que lleva 40 años trabajando en el parque, ¿adónde va?", protesta el artista, que niega que los caricaturistas entorpezcan el paso: "Los dibujantes nunca hemos hecho corrito de gente", dice.

Manuel Padín es de los artistas a los que les afectará la medida el año que viene, si se cumplen los planes del concejal. Lleva 12 años recitando poesías por las terrazas del Retiro o en cualquier zona en la que haya un grupo de gente. "Es durísimo. Me parece una medida totalmente arbitraria. Limitar una expresión artística es como poner barreras al campo. Van a censurar una expresión artística que es buena para todos", dice.

¿Problemas de aglomeraciones? Padín es muy claro: "Si no fuera por los artistas, la mitad de la gente no iría al Retiro. Si dan un cupo determinado, la gente que viene de fuera no podrá estar en el parque. Y el arte de la calle es ése: que cualquier persona pueda expresarse en dónde sea".

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