Interior ofrece a París apoyo contra el integrismo islámico a cambio de una mayor lucha contra ETA

El Gobierno español ofrecerá al francés la posibilidad de que se creen grupos de trabajo mixtos encargados de controlar sobre el terreno posibles movimientos de terroristas islámicos en España. Además, Madrid le prestaría apoyo político en los diversos foros europeos, de tal forma que se formaría una especie de frente unido contra un problema que preocupa mucho a las autoridades de París. Éstas, por su parte, se muestran actualmente "mucho más receptivas" a las demandas de colaboración en la lucha contra ETA expresadas por el Gobierno de José María Aznar, según fuentes policiales.

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El Gobierno español ofrecerá al francés la posibilidad de que se creen grupos de trabajo mixtos encargados de controlar sobre el terreno posibles movimientos de terroristas islámicos en España. Además, Madrid le prestaría apoyo político en los diversos foros europeos, de tal forma que se formaría una especie de frente unido contra un problema que preocupa mucho a las autoridades de París. Éstas, por su parte, se muestran actualmente "mucho más receptivas" a las demandas de colaboración en la lucha contra ETA expresadas por el Gobierno de José María Aznar, según fuentes policiales.

Los ministerios de Interior de España y Francia están preparando un documento que servirá de punto de partida para establecer las bases para la futura colaboración entre ambos países. El acuerdo, que está aún en una fase de elaboración incipiente, podría ser ultimado el próximo mes de julio.El previsible acuerdo hispano-francés se sustenta en principio sobre la lucha contra la red de apoyo a los grupos integristas islámicos que pueda haber en España y, por otro lado, en la persecución de los activistas de ETA que residen en Francia, según fuentes policiales.

El terrorismo islámico que tanto preocupa a las autoridades de París no cuenta con bases operativas en España, según expertos policiales. Estos, sin embargo, reconocen que España puede ser lugar de paso de integristas islámicos a través de la línea marítima Orán-Alicante o bien por Algeciras, Ceuta y Melilla.

En Alicante y otras, zonas del País Valenciano hay una numerosa colonia islámica que ya está siendo estrechamente vigilada por la policía ante la sospecha de que parte de sus miembros estén dando asilo y apoyo a terroristas. Pero, por el momento, no hay pruebas de que hayan proporcionado ayuda o armas a terroristas, según las mismas fuentes.

Francia tiene interés en comprobar directamente que España no es ningún santuario para los terroristas islámicos, como mantiene con contundencia el departamento de Jaime Mayor Oreja. Ante este deseo, es probable que el Gobierno de Madrid ofrezca al de París la posibilidad de crear unidades policiales mixtas para controlar la información sobre estos movimientos e, incluso, que agentes franceses trabajen en la zona mediterránea.

Pero más que la colaboración policial, Francia tiene interés en contar con el apoyo político del Gobierno de Aznar en diversos foros europeos y de esta forma hacer una especie de frente común contra el terrorismo islámico. Este aspecto tiene gran interés para Francia, que ha perdido ante el Gobierno de Bruselas algunas batallas legales en la persecución de presuntos terroristas islámicos refugiados en territorio belga, según apreciaciones tanto españolas como francesas.

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El Ejecutivo de París, por su parte, estaría dispuesto a atender la petición española de incrementar la plantilla de 30 agentes que actualmente tiene dedicados a controlar a ETA en su territorio. Durante el mandato del anterior ministro de Justicia e Interior, el socialista Juan Alberto Belloch, hubo este mismo compromiso, que Francia no cumplió entonces alegando la ofensiva desencadenada por el terrorismo islámico.

La colaboración francesa contra ETA ya experimentó un fuerte impulso tras la conversación mantenida entre Felipe González y Jacques Chírac, durante la cumbre europea celebrada el pasado marzo en Turín. Fruto de ese acuerdo verbal fue la entrega, el pasado mayo, del dirigente etarra José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, y, hace unos días, la de Luis Iruretagoiena Lanz.

Sin embargo, fuentes de Interior aseguran que el Gobierno de Alain Juppé se muestra actualmente "muy receptivo" a las peticiones de Madrid sobre la lucha contra ETA. Es probable también que las autoridades francesas hayan tomado aún mayor conciencia del problema a raíz de los graves incidentes callejeros ocurridos la semana pasada en Bayona, tras el desalojo de los 10 deportados de ETA que se habían encerrado en la catedral.

Por otro lado, el Consejo de Estado belga consideró ayer "no admisible" el recurso presentado por el etarra Enrique Pagoaga Gallastegui, Peixotín, contra la orden de expulsión dictada por el Ministerio del Interior a través de la Oficina de los Extranjeros, informa Walter Oppenheimer.

Los defensores de Peixotín y la Embajada española hacen interpretaciones muy diferentes sobre el pronunciamiento del tribunal. A juicio de España se trata de una derrota legal de los defensores de Pagoaga, que han visto como tanto el relator (fiscal) como el presidente del tribunal le negaban el derecho a penetrar en el país y confirmaban la orden de expulsión. El presunto etarra está retenido desde hace dos semanas en el aeropuerto de Bruselas, donde llegó, con pasaporte falso, procedente de Venezuela a través de Francfort (Alemania).

Para los abogados de Pagoaga, el Consejo de Estado no se ha pronunciado sobre el fondo, sino sobre la forma: "Ha considerado no admisible el recurso porque entiende que no puede pronunciarse hasta que lo haya hecho antes el Comisario Real para los Refugiados Políticos", dicen. Éste, Marc Bossuyt, debe pronunciarse sobre la petición de asilo presentada por Pagoaga. Según la interpretación de los abogados de Peixotín, en caso de que Bossuyt no admitiera a trámite la petición de asilo, su cliente podría presentar un nuevo recurso ante el Consejo de Estado para que se pronuciara entonces sobre el fondo de la cuestión.

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