Cartas al director

Morir en una granja de cerdos

El diario valenciano Las Provincias del 24 de marzo de 1996 informaba brevemente de la muerte accidental de un "hombre de origen magrebí", Kamal T. (su apellido es escamoteado a los lectores, así como su nacionalidad marroquí y otras muchas cosas), al volcarse en un barranco y caérsele encima el tractor-pala con el que realizaba tareas de limpieza de excrementos en una granja situada en la partida El Campillo, de Cheste. Según la crónica del suceso, el dueño de la granja (cuyo nombre y apellidos no se mencionan), testigo del lance, permitía vivir muy generosamente a un grupo de magrebíe...

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El diario valenciano Las Provincias del 24 de marzo de 1996 informaba brevemente de la muerte accidental de un "hombre de origen magrebí", Kamal T. (su apellido es escamoteado a los lectores, así como su nacionalidad marroquí y otras muchas cosas), al volcarse en un barranco y caérsele encima el tractor-pala con el que realizaba tareas de limpieza de excrementos en una granja situada en la partida El Campillo, de Cheste. Según la crónica del suceso, el dueño de la granja (cuyo nombre y apellidos no se mencionan), testigo del lance, permitía vivir muy generosamente a un grupo de magrebíes en su granja de cerdos y avisó a la Guardia Civil. El periódico da cuenta de que agentes de la Brigada de Policía Judicial de aquel cuerpo "se han hecho cargo de las investigaciones para determinar las verdaderas [el subrayado es mío] causas del accidente y las responsabilidades a las que haya lugar".Tengo el honor de conocer a la digna familia de Kamal Tantaoui -éste es el apellido de la víctima-, uno de cuyos hermanos reside en Marraquech. Lo único que recibieron de España, tras el aviso de su muerte, fue el cadáver de Kamal, que había ido a Europa soñando en una vida mejor. De las investigaciones acerca de la verdadera causa del accidente no han tenido noticia alguna, como tampoco de las posibles responsabilidades civiles y penales del anónimo y generoso dueño de la granja.

Muchas preguntas quedan sin respuesta en medio de tanta duda y escamoteo: ¿tenía Kamal Tantaoui la documentación en regla o trabajaba como tantos otros compatriotas suyos en bochornosas condiciones de esclavitud y precariedad? ¿Qué indemnización y responsabilidades establece la ley respecto a quienes aprovechan la situación ilegal de los inmigrados para explotarlos sin cobertura social alguna? ¿Es posible que esto ocurra en un país miembro de la Unión Europea? ¿Cuáles son las conclusiones de la Policía Judicial y la reacción de los sindicatos?

La familia de Kamal Tantaoui debe ser informada de los hechos y percibir las indemnizaciones que correspondan. Kamal fue en busca de la imagen de la España imaginaria expuesta en nuestras televisiones y murió en la España real -colmo de sarcasmo para un musulmán-, limpiando estiércol en una granja de cerdos.-

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