GENTE

TAPAS NEOYORQUINAS

En Nueva York, el número de bares de tapas sigue creciendo, favorecido por la flexibilidad de horarios y la abundancia de opciones para todos los gustos y los bolsillos. A Robert Sietsma, crítico gastronómico del semanario Village Voice, le fue encomendada la misión de visitar tantos tapas bars como pudiera en una noche. Y cumplió: en cinco horas pasó por The Tapas Lounge, Solera, Elpaña 2000, Ñ y Xunta, aparte de acercarse a alguno, como El Cid, donde sencillamente era imposible entrar. Pero se rindió hacia las doce y media. Motivo: en todos los locales sonaba la música d...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En Nueva York, el número de bares de tapas sigue creciendo, favorecido por la flexibilidad de horarios y la abundancia de opciones para todos los gustos y los bolsillos. A Robert Sietsma, crítico gastronómico del semanario Village Voice, le fue encomendada la misión de visitar tantos tapas bars como pudiera en una noche. Y cumplió: en cinco horas pasó por The Tapas Lounge, Solera, Elpaña 2000, Ñ y Xunta, aparte de acercarse a alguno, como El Cid, donde sencillamente era imposible entrar. Pero se rindió hacia las doce y media. Motivo: en todos los locales sonaba la música de los franceses Gipsy Kings a fuerte volumen, y eso era más de lo que sus sentidos podían soportar.-

Archivado En