TEATRO INFANTIL

Una ópera a escala de títere

Ópera barroca no es ni más ni menos que la escenificación de una ópera popular checa del siglo XVIII, del autor Karel Loos, del que apenas se sabe que fue organista de una orden religiosa.Lo que la hace peculiar es que tal escenificación tiene lugar en un pequeño retablo (reproducción de un escenario a la italiana), con marionetas de hilo como protagonistas. No hay palabras, sólo la música en directo de un pequeño clavicordio que acompaña, con total sintonía, la acción, los golpes de humor absurdo y el canto, ejecutado también en directo por los hermanos Matej, Milan y Petr Forman, hijo...

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Ópera barroca no es ni más ni menos que la escenificación de una ópera popular checa del siglo XVIII, del autor Karel Loos, del que apenas se sabe que fue organista de una orden religiosa.Lo que la hace peculiar es que tal escenificación tiene lugar en un pequeño retablo (reproducción de un escenario a la italiana), con marionetas de hilo como protagonistas. No hay palabras, sólo la música en directo de un pequeño clavicordio que acompaña, con total sintonía, la acción, los golpes de humor absurdo y el canto, ejecutado también en directo por los hermanos Matej, Milan y Petr Forman, hijos del cineasta Milos Forman. Voces bonitas que han conseguido una especie de tono con sordina que hace creíbles que tales voces sean las de unos muñecos de apenas dos palmos de altura.

Al mismo tiempo que el argumento de la ópera se desarrolla una de las claves del espectáculo de Petr Forman: tres personajillos, tres niños, que constantemente irrumpen en la escena para saltar, para hacer travesuras, incluso para bajar el telón de un modo bien peculiar y los tres manipuladores, los hermanos Forman. Unos y otros visten idéntico atuendo, a veces, los de carne y hueso se colocan máscaras sobre sus rostros e imitan los movimientos de las marionetas para sacar la acción del retablillo y llevarla al escenario o al mismo patio de butacas. Allí le esperan los tres artistas vestidos ya con el atuendo infantil, saludan a todo el mundo, niños y mayores (no hay edades para este fantástico montaje) con un apretón de manos, a algunos les colocan en sus asientos, a otros simplemente les sonríen; en difinitiva una irrupción amable que el público acoge con sorpresa y buen humor.

Y cuando un espectador accede a traducir al español lo que previamente han traducido ellos del checo al inglés, la complicidad con el público ya es total. La entrega también, pero para que no quepa duda alguna, el aplauso unánime duró varios minutos.

Ópera barroca. Teatro Olimpia, plaza de Lavapiés, s/n. Hoy última función a las 20.00 horas. 1.000 pesetas. Venta en taquilla (teléfono 527 46 22) de 9.30 a 13.30 y de 17.00 a 20.00 horas.

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