Cartas al director

Puerta de Hierro

En respuesta a la carta publicada en EL PAÍS el pasado 31 de marzo sobre la situación en urgencias de la clínica Puerta de Hierro considero necesario hacer unas puntualizaciones, que le envío con el ruego de que las publique en su periódico.En primer lugar, hay que decir que las instalaciones actuales del área de urgencias son realmente deficitarias, y por ese motivo estamos en obras de remodelación desde hace un año. Al término de esta obra, la estructura arquitectónica de nuestra urgencia evitará la mayor parte de las situaciones distorsionantes denunciadas. La imposibilidad de dejar de aten...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En respuesta a la carta publicada en EL PAÍS el pasado 31 de marzo sobre la situación en urgencias de la clínica Puerta de Hierro considero necesario hacer unas puntualizaciones, que le envío con el ruego de que las publique en su periódico.En primer lugar, hay que decir que las instalaciones actuales del área de urgencias son realmente deficitarias, y por ese motivo estamos en obras de remodelación desde hace un año. Al término de esta obra, la estructura arquitectónica de nuestra urgencia evitará la mayor parte de las situaciones distorsionantes denunciadas. La imposibilidad de dejar de atender a las urgencias durante la obra hace que es temos trabajando en situación penosa para enfermos, familiares y personal del hospital. La falta de espacio obliga a que los acompañantes permanezcan en la sala de espera mientras el paciente está en el área de urgencias, para preservar la intimidad de los enfermos.

En segundo lugar, debo resaltar la excelente actuación médica que ha permitido hacer rápidamente el diagnóstico de una hemorragia subaracnoidea en una enferma que, por su estado emocional, lo hacía difícil. Trás una rápida evaluación clínica que descartó peligro inmediato, esta paciente esperó 10 minutos constante y discretamente vigilada por una enfermera. La imposibilidad de programar la atención urgente, por su imprevisibilidad, hace que haya ocasiones en que se supera la capacidad del servicio. La organización correcta del servicio consiste en evaluar adecuadamente a los enfermos que acuden para dar prioridades de actuación, según gravedad, pero ninguno deja de ser atendido.

Por último, hay que considerar que la situación urgente es siempre vivida por el enfermo, y más aún por los familiares, con una gran carga de angustia y que es consustancial con la urgencia. Ello hace que situaciones desagradables, pero inevitables, sean mal aceptadas por los familiares. A pesar de todos estos inconvenientes, un reciente estudio sobre el grado de satisfacción de nuestros enfermos puso de manifiesto su comprensión, ya que sólo un 1% de ellos no consideró la asistencia global en el servicio como satisfactoria.Coordinador de urgencias de Puerta de Hierro.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En