La policía local desmiente al hombre que se resistió en pijama a la grúa

"Poco rigurosa e inventada". Así calificó la Policía Municipal de Madrid la acusación del conductor Juan Manuel Moreno, quien la madrugada del domingo se encerró en pijama y con su esposa en el vehículo que los agentes retiraron por estar aparcado en doble fila (véase EL PAÍS de ayer). La nota policial, que recuerda que Moreno acumula seis denuncias por estacionamiento indebido, niega que el agente que atendió el caso estuviese bebido y ofrece un relato en el que se destaca el comportamiento incívico del conductor, quien ha denunciado al agente y a la la grúa. El concejal de Seguridad anunció ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

"Poco rigurosa e inventada". Así calificó la Policía Municipal de Madrid la acusación del conductor Juan Manuel Moreno, quien la madrugada del domingo se encerró en pijama y con su esposa en el vehículo que los agentes retiraron por estar aparcado en doble fila (véase EL PAÍS de ayer). La nota policial, que recuerda que Moreno acumula seis denuncias por estacionamiento indebido, niega que el agente que atendió el caso estuviese bebido y ofrece un relato en el que se destaca el comportamiento incívico del conductor, quien ha denunciado al agente y a la la grúa. El concejal de Seguridad anunció que iniciará acciones judiciales si se demuestra que las acusaciones del dueño del coche son falsas. Asimismo, señaló que si el policía hubiese cometido una falta se tomarían las "medidas oportunas".La Policía Municipal acudió al número 11 de la calle de Don Pedro, en pleno centro, tras ser avisada por un conductor al que el turismo de Moreno impedía salir. Los agentes procedieron a poner los carros en las ruedas.

La nota policial sigue así: "Cuando el cable del cabestrante arrastraba el vehículo, hizo acto de presencia su propietario, a quien tras notificarle la denuncia por la infracción cometida se le informó, como establece la normativa, de que debía abonar la tasa correspondiente para recuperar el vehículo [5.000 pesetas]. Además de negarse a ello, se encaramó al turismo con el fin de obstaculizar, al tiempo que trataba de intimidar al agente, a quien le dijo no saber con quién estaba hablando, desafiándole con el cargo profesional que supuestamente ocupa".

El comunicado policial añade: "Los sucesivos requerimientos por parte del agente fueron todos desoídos, prolongando todavía más la espera del primer ciudadano que aún no podía utilizar el coche. En ese momento se acercó la esposa del denunciado, quien decidió subirse también en el vehículo, negándose empecinadamente a descender del coche. Ya en comisaría, se les invitó una vez más a que descendieran, haciendo otra vez caso omiso y efectuándose finalmente el, traslado hasta la base".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En