FÚTBOL: LIGAS EXTRANJERAS

Nelly, juez de línea

"Los espectadores son mucho más salvajes que los jugadores", dice Nelly Viennot, la primera mujer-árbitro que va a conocer la Primera División francesa de fútbol. Su debut se producirá el próximo martes 23 de abril. Nelly, de 34 años, será juez de línea en el partido un decisivo para el título, el que enfrentará al París Saint Germain, perseguidor del líder, Auxerre, y el Martigues, un conjunito que lucha por no bajar a Segunda. "Nunca he intervenido en un encuentro al que asistieran más de 10.000 espectadores. Hasta ahora mi récord era haber arbitrado en Chateauroux, en segunda categoría. En ...

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"Los espectadores son mucho más salvajes que los jugadores", dice Nelly Viennot, la primera mujer-árbitro que va a conocer la Primera División francesa de fútbol. Su debut se producirá el próximo martes 23 de abril. Nelly, de 34 años, será juez de línea en el partido un decisivo para el título, el que enfrentará al París Saint Germain, perseguidor del líder, Auxerre, y el Martigues, un conjunito que lucha por no bajar a Segunda. "Nunca he intervenido en un encuentro al que asistieran más de 10.000 espectadores. Hasta ahora mi récord era haber arbitrado en Chateauroux, en segunda categoría. En el Parc des Princes de París pueden reunirse 50.000".La Comisión Central de Árbitros (CCA) designó a Nelly hace 15 días. Durante una semana los clubes y la Federación han intentado impedir la llegada de Nelly a Primera División. "Ahora mi designación ya es oficial. Hubo un momento en que pareció que la CCA iba a dar marcha atrás a causa de las presiones pero no ha sido así. No quiero saber quiénes no me querian como juez de línea, ya pasó todo", dice.

Durante trece años, Nelly Viennot ha jugado al fútbol femenino. Ha sido campeona de Francia, tiene un hermano que también le da patadas al balón y recuerda: "Mi padre jugaba muy bien, era muy técnico, aunque siempre militó en equipos modestos". Su transformación de: jugadora en árbitro responde "al deseo de seguir vinculada al deporte que más me gusta". No parece que le sea difícil hacer cumplir el reglamento: "Los jugadores son respetuosos. Sé que cuando soy yo la que les arbitro hay ciertas expresiones o insultos que evitan. Nunca ninguno de ellos se ha metido conmigo".

Si los jugadores se sienten positivamente influenciados por la presencia de una chica, no siempre sucede: lo mismo con la grada. "El público no quiere ver la realidad de las cosas, es demasiado partidista, no admite que un jugador de su equipo pueda estar en fuera de juego. Entonces grita, chilla, silba e insulta, pero lo primero que aprendes es a no oírle.

Se entrena dos veces por semana. "Es importante cuidarse para tener mucho fondo y, al mismo tiempo, poder esprintar, no perder velocidad". Nelly Viennot no tiene nada que ver con esos linieres barrigones que poblaban la Primera División española hasta hace muy poco tiempo. Tiene el pelo claro, no muy largo, lacio, sus gestos son rápidos, nerviosos. Su aspecto, su musculatura, es el de una atleta pero eso no la lleva a creer "que sea posible el fútbol mixto. Entre hombres y mujeres existe demasiada diferencia de potencia física. Eso, en un deporte como el fútbol, que comporta muchos choques físicos, sería determinante".

Tampoco cree que la generalización de mujeres-árbitro sea un solución para refrenar la violencia en el fútbol. "Conmigo se portan mejor que con mis colegas masculinos porque soy la única, la excepción. Si todos los colegiados fuesen mujeres entonces seguro que los jugadores dejarían de controlarse y la situación sería a la inversa, que quien les impondría respeto sería el único hombre-árbitro".

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