Cartas al director

La huella de lo viviente

Leo EL PAÍS a diario desde su creación y le escribo hoy por segunda vez, ya que, al igual que la primera, a finales de los setenta a favor de sus articulistas, creo que hemos de manifestarnos cuando las libertades se ven coartadas. Así, el juez que condena a EL PAÍS por fotografiar a Javier de la Rosa parece negar que nos interese ver la concreción de la pena: el "vividor-delincuente" entre rejas, a mayor gloria de la justicia y defensa de los intereses públicos.Sepan su señoría y cuantos se encastillan en el desprecio a la opinión pública que reivindicamos nuestro derecho a ver y oír, no más ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Leo EL PAÍS a diario desde su creación y le escribo hoy por segunda vez, ya que, al igual que la primera, a finales de los setenta a favor de sus articulistas, creo que hemos de manifestarnos cuando las libertades se ven coartadas. Así, el juez que condena a EL PAÍS por fotografiar a Javier de la Rosa parece negar que nos interese ver la concreción de la pena: el "vividor-delincuente" entre rejas, a mayor gloria de la justicia y defensa de los intereses públicos.Sepan su señoría y cuantos se encastillan en el desprecio a la opinión pública que reivindicamos nuestro derecho a ver y oír, no más callar, sino también a hacernos ver y escuchar. Que glorificamos voces como las de Francisco Tomás y Valiente y, ante el horror que vertió su sangre, quisimos que nuestro testimonio de dolor llegase donde creímos que, por sensibilidad, mejor se entendería; que fuimos muchos, deliberadamente, a que se nos viese, expresando la repulsa y la advertencia a los enemigos del pueblo.

Que, en fin, no nos consideramos algo etéreo y soslayable por quienes manejan órganos de poder, sino parte de un clamor colectivo harto de que en la Administración de justicia, la política o la sociedad haya gente que disfrace con la forma el error en el fallo de las cuestiones, que anteponga intereses personales o espurios al trabajo bien hecho, el corporativismo al bien común. Y que no por sosegada dejará nuestra voz de ser firme, celosa de seguir eligiendo las formas de expresión con las que, en libertad y respeto, nos identificamos.-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En