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Los mercados continúan moviéndose ás en base a estrategias que a expectativas, ya que las orientaciones vienen definidas por el comportamiento de los mercados de futuros. El bono español volvía a ganar altura en ese mercado y tiraba del resto de los productos financieros sin que los datos fundamentales justifiquen movimientos que no sean de recuperación de niveles. La principal excusa es la peseta, cuya fortaleza permite deducir que el resto está bien, es decir, que la economía española mantiene sus pautas a pesar de todo y que, por eso, no es descartable un nuevo reajuste de tipos.La contrata...

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Los mercados continúan moviéndose ás en base a estrategias que a expectativas, ya que las orientaciones vienen definidas por el comportamiento de los mercados de futuros. El bono español volvía a ganar altura en ese mercado y tiraba del resto de los productos financieros sin que los datos fundamentales justifiquen movimientos que no sean de recuperación de niveles. La principal excusa es la peseta, cuya fortaleza permite deducir que el resto está bien, es decir, que la economía española mantiene sus pautas a pesar de todo y que, por eso, no es descartable un nuevo reajuste de tipos.La contratación de esta sesión fue de 40.000 millones, con la concentración ya habitual del 60% en cinco valores, dato que confirma la estrecha relación con el mercado de futuros. La rentabilidad media de la deuda en el mercado secundario bajó al 9,83%, después de siete sesiones en las que superó el 10%, al tiempo que el precio del futuro sobre el bono subía 16 puntos básicos después de ganar hasta 52 poco después de la apertura. Wall Street volvió a imponer su peso en las decisiones finales, frenando con sus altibajos la alegre escalada del mercado español, que terminó con un avance del 0,75%. El Ibex 35 ganó un 0,72%.

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