Entrevista:FATHALA ARSALAN - LÍDER DE LA ORGANIZACIÓN INTEGRISTA JUSTICIA Y CARIDAD

"Marruecos acosa a los islamistas"

Tras la detención domiciliaria del jeque Yassin surge un nuevo líder en el principal grupo integrista marroquí

Los integristas marroquíes viven a caballo entre la tolerancia y la represión. Una prueba de esta indulgencia es el hecho de que Fathala Arsalan, de 41 años, profesor de Literatura Árabe, ex preso político y cabeza visible de la asociación cultural y religiosa Justicia y Caridad, la organización integrista más importante del país, pueda recibir a la prensa en su casa de Rabat. Pero detrás de este gesto de tolerancia se adivina también la represión, como lo muestra la situación de práctica prisión en la que se encuentra el verdadero líder de este grupo, el jeque Abdesalam Yassin, quien desde ha...

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Los integristas marroquíes viven a caballo entre la tolerancia y la represión. Una prueba de esta indulgencia es el hecho de que Fathala Arsalan, de 41 años, profesor de Literatura Árabe, ex preso político y cabeza visible de la asociación cultural y religiosa Justicia y Caridad, la organización integrista más importante del país, pueda recibir a la prensa en su casa de Rabat. Pero detrás de este gesto de tolerancia se adivina también la represión, como lo muestra la situación de práctica prisión en la que se encuentra el verdadero líder de este grupo, el jeque Abdesalam Yassin, quien desde hace más de cinco años se halla reducido al silencio y sometido a detención domiciliaria en su domicilio de Salé, en las afueras de Rabat.Esta política ambigua, entre la tolerancia y la represión, parece a punto de romperse tras los incidentes registrados la semana pasada en la Universidad de Casablanca, donde cerca de un millar de estudiantes socialistas así como la cúpula de la Unión Socialista de la Fuerzas Populares fueron atacados por comandos integristas.

Pregunta. El pasado diciembre, el Gobierno decretó la libertad de Yassin, pero después ordenó de nuevo su arresto domicilario. ¿Qué ocurrió?

Respuesta. No sabemos qué se tramó en los pasillos. Suponemos que se sumaron varios factores; por una parte, la presión internacional; por otra, el deseo del Gobierno de demostrar que hay una apertura en Marruecos. Pero al tiempo querían dar a entender que dentro del Gobierno hay un sector que no ve con buenos ojos la libertad de los islamistas.

P. ¿Fue una farsa?

R. Todo es posible en Marruecos.

P. Desde el exterior da la sensación de que el Gobierno hubiese intentado negociar con el propio Yassin su libertad.

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R. No hubo, ni ha habido antes, ningún tipo de negociaciones entre Yassin y el Gobierno. Fueron decisiones unilaterales. El levantamiento del arresto domiciliario fue uña sorpresa para todos. Hubo incluso miembros del Ejecutivo que desconocían la decisión. Se enteraron al mismo tiempo que nosotros.

P. ¿Como Mohamed Zian, el ex ministro de los Derechos Humanos?

R. Zian fue personalmente a casa de Yassin para comprobarlo. Durante el tiempo en que fue ministro de los Derechos Humanos tuvo el expediente de Yassin encima de la mesa. Pero él mismo confeso que era incapaz de hacer algo al respecto. No son los ministros quienes deciden sobre Yassin. Hay otros centros de decisión.

P. ¿Insinúa que el palacio real está detrás de la situación de Yassin?

R. Bueno, de la gente que está vinculada a palacio. Los que constituyen el poder oculto de Marruecos.

P. ¿Cuál es ahora la situación del jeque Yassin?

R. Ha empeorado. El número de policías y guardianes que rodea su casa de Salé ha aumentado. Tres de nuestros hermamos intentaron acercarse, discutir con sus guardianes. Pero fue imposible. No les dejaron acceder a su domicilio. Su hija Nadia, su yerno y sus nietos son los únicos que pueden visitarlo.

P. Pero el caso de Yassin no es el único, ¿cuántos militantes de Justicia y Caridad permanecen actualmente detenidos?

R. Al menos una docena. Pero esto no es lo peor. Los islamistas vivimos en Marruecos permanentemente asediados. Aparentemente, vivimos una situación de tregua, es cierto. Pero es una táctica. Se han dado cuenta de que los procesos y los juicios acaban siempre dándonos la razón. Por eso han optado por el asedio.

P. ¿Y cuál es la situación de su organización?

R. El Gobierno se encuentra en una posición embarazosa. Nosotros pedimos en su día legalizar la asociación. Cumplimentamos todos los trámites, llevamos a término todos los requisitos. Pero no hubo ninguna respuesta de la Administración, por lo que jurídicamente y de manera automática Justicia y Caridad quedó legalizada como asociación benéfica, aunque a renglón seguido han intentado decir que era ilegal. Muchos de nuestros militantes han sido detenidos y juzgados por ello, acusándoseles de un supuesto delito de asociación ilegal. Pero los tribunales les han absuelto diciendo que Justicia y Caridad es una asociación legal.

P. Pero todo esto no impide que ustedes continúen actuando.

R. Sí, aunque en condiciones muy precarias. Nos vigilan continuamente . Controlan nuestras idas y venidas. A algunos de nosotros nos retiran o nos deniegan el pasaporte. No podemos peregrinar a La Meca. Y no sólo nosotros, tampoco pueden ir nuestras mujeres, ni las de nuestros hermanos.

P. ¿Siguen reuniéndose?

R. En las casas. En grupos reducidos. Nunca en lugares públicos, y mucho menos en las mezquitas.

P. ¿Cómo funcionan?

R. Todo está relatado en un libro de Yassin, El método profético del cambio del hombre. Pero, por razones de seguridad, no puedo ser más explícito. En cualquier caso le aseguro que en nuestra organización se respetan todos los principios democráticos.

P. ¿Quién toma las decisiones? ¿Yassin?

R. Hay un comité director de seis miembros, incluido el propio Yassin, del que yo formo parte.

P. ¿Cuántos militantes tiene Justicia y Caridad?

R. Es fácil calcularlo. Tome como punto de referencia el número de militantes que salieron a las calles de Rabat hace cuatro años para manifestarse en favor de Irak. Súmele a esta cifra los factores amplificantes, como, por ejemplo, la simpatía hacia el movimiento islamista, el fracaso de las organizaciones y partidos laicos, la crisis social... Todos estos elementos favorecen el crecimiento de nuestra organización.

P. Ultimamente, su organización parece muy activa en la Universidad.

R. La irrupción y la fuerza de Justicia y Caridad en la Universidad marroquí es evidente. Pero no sólo en la Universidad. Estamos presentes en todo el tejido social, aunque, en ocasiones, somos invisibles. Si llega la ocasión y las circunstancias lo permiten, se nos puede ver. Lo hemos demostrado. Por razones de seguridad ahora actuamos discretamente.

P. ¿Ustedes están dispuestos a respetar la democracia?

R. Es a la inversa. ¿La democracia está dispuesta a respetarnos o nos va a continuar excluyendo? Por nuestra parte, todo es claro. Estamos de acuerdo con los grandes principios de alternancia en el poder, en favor de las libertades públicas, individuales. Son principios universales que nosotros respetamos. Pero reclamamos el derecho a la diferencia y a la tolerancia. Nosotros somos como somos y queremos que se nos respete. Si se admite el derecho a la diferencia todo estará arreglado.

P. ¿Respetan al rey Hassan II como jefe religioso?

R. Hay cuestiones tabú. Esta es una. No podemos hablar de ello. Interprete usted nuestro silencio, haga sus propias conjeturas y llegue a sus propias conclusiones. Para saber más al respecto le recomiendo la lectura de una carta que Abdesalam Yasin escribió al rey en 1974, titulada El islam o el diluvio.

P. ¿Cuál es el futuro de Justicia y Caridad?

R. No tenemos sólo una vertiente política. Nuestra acción tiene una visión global. Nuestra misión principal es la reeducación de nuestra sociedad. Es una misión a largo término, en profundidad. No tenemos prisa. Sabemos lo que tenemos que hacer en cada momento. Si las condiciones actuales nos impiden actuar, esperaremos. Nos estamos preparando para el futuro.

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