El PSOE sospecha que Pujol planea un Gobierno "de gestión" si Aznar no supera la investidura

Los máximos dirigentes del PSOE escucharon ayer con avidez las impresiones que su líder, Felipe González, les transmitió tras su conversación matutina con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. González dijo a la ejecutiva federal de su partido que, hoy por hoy, CiU está muy lejos de apoyar un Gobierno del PP presidido por José María Aznar. Los socialisitas están convencidos de que Pujol se reserva una baza: estaría pensando en proponer un "Gobierno de gestión" si resultaran fallidas las sesiones de investidura de Aznar. El jefe de ese Ejecutivo no sería en ningún caso Aznar. La apuesta...

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Los máximos dirigentes del PSOE escucharon ayer con avidez las impresiones que su líder, Felipe González, les transmitió tras su conversación matutina con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. González dijo a la ejecutiva federal de su partido que, hoy por hoy, CiU está muy lejos de apoyar un Gobierno del PP presidido por José María Aznar. Los socialisitas están convencidos de que Pujol se reserva una baza: estaría pensando en proponer un "Gobierno de gestión" si resultaran fallidas las sesiones de investidura de Aznar. El jefe de ese Ejecutivo no sería en ningún caso Aznar. La apuesta de González, no obstante, es que el líder del PP conseguirá la investidura, aunque nada más. Tendría que negociar día a día.

Los miembros de la ejecutiva federal del PSOE se reunieron ayer para preparar el comité federal de hoy, en el que el máximo órgano de dirección del partido analizará los resultados electorales del 3 de marzo. Como quiera que Felipe González se había entrevistado por la mañana con Jordi Pujol, la reunión se basó, sobre todo, en las expectativas de la negociación que mantienen el PP y CiU en busca de un Gobierno estable o, al menos, una mayoría parlamentaria que pueda dirigir el país.Todos los miembros de la ejecutiva consultados salieron con la impresión, después de escuchar a González, de que las "dificultades son enormes", ya que Jordi Pujol no ve, al día de hoy, posibilidad de pactar con Aznar. Primero porque la animadversión de sus militantes, dirigentes y votantes es absoluta, y después, porque todavía no ha visto en el PP ofertas concretas atractivas. Sólo propuestas genéricas, con muy buena voluntad, pero insuficientes para que los nacionalistas catalanes puedan presentarlas ante su electorado.

En ese marco de dificultades, los socialistas comentaron lo que, según fuentes de CiU, Pujol se re servaría como solución extrema: Si Aznar no consiguiese la investidura en dos, votaciones, el presidente de CiU propondría al arco parlamentario un "Gobierno de gestión", que no encabezaría Aznar, y cuyo principal objetivo sena que España alcanzase, a finales de 1997, los objetivos de convergencia europea para entrar en la Unión Económica y Monetaria prevista en el Tratado de Maastricht.

En opinión del PSOE, no obstante, las cosas no llegarán a esos extremos. González cree que, finalmente, los parlamentarios de CiU votarán la investidura de Aznar, aunque no antes de finales de abril o primeros de mayo. Pujol le ha confirmado que la negociación requerirá bastante más tiempo, por lo que le auguró que seguirá siendo presidente en funciones más de lo previsto.

En la reunión de la ejecutiva de ayer se dio por supuesto, por lo que ni fue objeto de debate, que los socialistas votarán en contra de la investidura de Aznar cuando llegue el momento. Si Pujol ha comunicado a González que los suyos no están por la labor de facilitar las cosas al líder del PP, las bases socialistas, a decir de sus principales dirigentes, se oponen sin paliativos a que con sus votos Aznar sea presidente, incluso por la vía de la abstención.

Algunos dejaron claro que su prudencia durará hasta que haya un Gobierno. A partir de ahí, empezará la crítica a los proyectos que presente el PP por muy avalados que vayan por sus ex socios de CiU. Tanto el presidente andaluz, Manuel Chaves, como el extremeño, Juan Carlos Rodríguez lbarra, lo advirtieron con claridad. Ibarra anticipó su crítica si un Gobierno del PP cediese a Cataluña el Inem y la Seguridad Social. Chaves abonó la misma tesis reclamando la posibilidad de hacer una oposición frontal si los pactos entre populares y convergentes tuviesen como consecuencia la creación de "agravios comparativos".

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