La Unión Europea estudia financiar un posible trasvase desde el bajo Tajo hasta el Guadalquivir

La renovación de los convenios sobre recursos hídricos peninsulares, suspendida por las dos elecciones portuguesas, ha sufrido un nuevo parón con el giro político que las urnas han. reflejado en los comicios españoles. Pero la Unión Europea (UE) mantiene su agenda alejada de estos vaivenes. En ella figura el problema del agua, aireado a todos los vientos por España durante los seis meses que la presidió. Bruselas ha tomado nota y se plantea estudiar la viabilidad de financiar una interconexión de grandes ríos atlánticos por territorio español y en paralelo a la frontera con Portugal.

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La renovación de los convenios sobre recursos hídricos peninsulares, suspendida por las dos elecciones portuguesas, ha sufrido un nuevo parón con el giro político que las urnas han. reflejado en los comicios españoles. Pero la Unión Europea (UE) mantiene su agenda alejada de estos vaivenes. En ella figura el problema del agua, aireado a todos los vientos por España durante los seis meses que la presidió. Bruselas ha tomado nota y se plantea estudiar la viabilidad de financiar una interconexión de grandes ríos atlánticos por territorio español y en paralelo a la frontera con Portugal.

Durante los seis meses que le tocó presidir la UE, España aprovechó todas las visitas de los ejecutivos europeos para mostrarles los estragos de cinco años de sequía. Algo ha debido de calar para que éstos hayan incorporado el tema a su listado de prioridades. Bruselas se ha mojado en la financiación del SAICA, un sistema automático de información sobre la calidad y la cantidad del agua en todas las cuencas hidrográficas. Ahora está dispuesta a dar un paso más.Se trata de considerar la posibilidad de interconectar las cuencas bajas del río Tajo, el Guadiana y el Guadalquivir en el marco de las necesidades conjuntas de recursos hídricos hispano-portuguesas y financiar las obras, si se consideran viables tanto (desde el punto de vista medioambiental como socioeconómico.

Según el director general de Obras Hidráulicas, Adrián Baltanás, la interconexión arrancaría del curso bajo del Tajo, en el territorio donde las demandas españolas ya están cubiertas: el embalse de Azután, aguas abajo de Talavera de la Reina (Toledo). El trasvase partiría desde este pantano de mediana dimensión, (113 hectómetros cúbicos) y, tras atravesar el sistema montañoso que envuelve al monasterio de Guadalupe, establecería contacto con el sistema de los embalses Cíjara-García Sola-Orellana, del Plan Badajoz, en eí curso. del Guadiana.

El túnel que actualmente se construye para enlazar el embalse de Orellana con el sistema Zújar-La Serena (el mayor de la península, con 309 y 3.219 hectómetros cúbicos) se aprovecharía como tubería intermedia en la cuenca del Guadiana. Finalmente, desde, la cola del Zújar, en la fachada norte de Sierra Morena, se atravesarían las montañas mediante otro túnel para conectar la cuenca del Guadiana con la del Guadalquivir, a través del embalse de Bembézar, a medio camino entre Córdoba y Sevilla.

Esta interconexión de algunos de los grandes ríos ibéricos mediante un eje occidental difiere del previsto en el Plan Hidrológico Nacional, que dibuja un enlace del Duero al Tajo y el Guadiana-Segura por la zona oriental de las dos Castillas. Su finalidad también es distinta. Mientras el del PHN se, propone suministrar recursos hídricos para el sureste de la Península, el nuevo eje hidráulico occidental considera la distribución del agua entre los territorios meridionales de España y Portugal.

Es en este marco de gestión conjunta del agua ibérica en el que se inscribe el embalse de Alqueva -en el curso luso del Guadiana-, previsto eh el convenio hispano-portugués de 1969 y cuya renovación y actualización se negocia ahora.

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Los portugueses lo consideran "el proyecto más, vasto en la lucha contra la desertificación [proceso de desertización en el que interviene el hombre] y la ejecución de un modelo de desarrollo compatible y sostenido", según la Asociación Política Regional y de Intervención Local (APRIL). Este colectivo, de Oporto, ha desplegado una, intensa actividad por estimular el debate del agua en Portugal ante el proyecto del plan hidrológico español y las posibles repercusiones en su país dé las guerras del agua autonómicas.

Mientras las organizaciones ecologístas de uno y otro lado de la frontera piden al Gobierno luso que renuncie a este embalse, por su grave impacto medioambiental, APRIL piensa que el proyecto de Alqueva "debe formar parte de una visión más amplia de la que se discute, a menos que se busquen soluciones precarias. El punto de partida para el análisis es el proceso de' desertificación en curso que. afecta no sólo al Alentejo portugués, sino también a Extremadura". Recuerda APRIL que, cuando "un proyecto de desertificación amenaza la supervivencia de las especies -en particular, de la humana-, se hacen necesarias intervenciones más profundas de carácter corrector e inevitablemente con consecuencias colaterales en el medio ambiente".

Portugal, con recursos

Portugal plantea Alqueva como una herramienta vital para el desarrollo agrario del Alentejo Y el turismo del Algarve. Fuera de estas demandas, el vecino país está sobrado de recursos. Cada portugués dispone de 5.000 metros cúbicos de agua al año- frente a los 3.000 de un español. De llevarse a cabo, el trasvase Duero-Tajo sólo detraería una cantidad inferior al 5% del agua que vierten a Portugal las cuencas españolas, que proporcionan la mitad de todos sus recursos hídricos, según Baltanás.

Bruselas ha tomado nota de este estado del agua ibérica. Ha recibido estudios y propuestas tanto de España como de Portugal y ha encargado la realización de informes propios, como el trasvase paralelo a la frontera.

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