Opus Dei, islam y ahorro popular

La historia del Banco Atlántico ha estado marcada por los bruscos cambios accionariales registrados durante su larga trayectoria: primero un grupo de empresarios próximos al Opus Dei, luego el grupo Rumasa, presidido por José María Ruiz Mateos, también miembro de la Obra y, finalmente tras la expropiación del grupo de la abeja por el Gobierno socialista, un grupo inversor de tres países de fuerte ascendiente islamista. Ahora se inicia el desembarco de la Caixa de Catalunya, una entidad inspirada por los principios del ahorro popular, tercera del ranking de cajas tras la Caixa de Pension...

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La historia del Banco Atlántico ha estado marcada por los bruscos cambios accionariales registrados durante su larga trayectoria: primero un grupo de empresarios próximos al Opus Dei, luego el grupo Rumasa, presidido por José María Ruiz Mateos, también miembro de la Obra y, finalmente tras la expropiación del grupo de la abeja por el Gobierno socialista, un grupo inversor de tres países de fuerte ascendiente islamista. Ahora se inicia el desembarco de la Caixa de Catalunya, una entidad inspirada por los principios del ahorro popular, tercera del ranking de cajas tras la Caixa de Pensions y Caja de Madrid. El Atlántico comienza su trayectoria a principios de este siglo, cuando, con el nombre de Banca Nonell, los hermanos Francisco y José se dedicaron a buscar cobijo adecuado al dinero repatriado por los indianos catalanes que retornaban a España tras la independencia de Cuba. En 1947 tomó su nombre actual, de la mano de Juan Claudio Güell y Churruca, conde de Ruiseñada y nieto de Antonio López, marqués de Comillas. Su despegue como entidad se produce a partir de 1961, cuando es adquirido por un grupo de empresarios catalanes afines al Opus Dei, encabezados por el vicepresidente del Banco Popular, Luis Valls Taberner. Éste último abandonó el protagonismo de la operación y cedió la línea ejecutiva a José Ferrer Bonsoms, que ocupó la vicepresidencia, y Pablo Bofill. La presidencia de la entidad quedó en manos de Casimiro Molins Ribot, tío del diputado nacionalista Joaquím Molins. Junto a ellos se encontraba parte de lo más granado de la burguesía catalana relacionada con la Obra de Dios: Codorníu, Titanlux, Roca...El banco, acosado por la autocartera, los extratipos y la morosidad, acabó en 1976 en manos de Ruiz Mateos, apostado a la espera de nuevos recursos. Éste no dudó en utilizarlo para financiar su averiada Rumasa. El 23 de febrero de 1983, el Atlántico, como todo el imperio de papel del empresario jerezado, fue expropiado por el Gobierno de Felipe González. El 14 de abril de 1984, un grupo formado por el ABC, con el 70%, Aresbank, 5%, y Banco Exterior, 25%, compró la entidad por 5.118 millones.

La operación volverá a hacer estallar las críticas de la banca, tanto a nivel corporativo (AEB) como individual. Los banqueros, con los presidentes del Santander y del BBV, Emilio Botín y Emilio Ybarra, han denunciado la falta de simetría entre bancos y cajas, ya que estas últimas pueden comprar bancos, mientras que el proceso inverso es imposible. Los precedentes más sonados fueron las compras del Herrero y del Jerez por La Caixa o la del Banco Crédito y Ahorro por Caja de Madrid.

En la clasificación del sector financiero, Caixa Catalunya pasaría a ocupar el séptimo lugar dejando en el octavo al Popular.

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