Una vida dedicada a la política

Mario Soares, de 71 años, aseguró ayer que abandona la política activa definitivamente, "satisfecho de haber cumplido sus funciones hasta el final". El histórico líder socialista, que mañana inicia un viaje de vacaciones por el sur de España, ha reiterado en estos días que no aceptará cargos institucionales ni en Portugal ni en el extranjero, pero su opinión y su influencia estarán constantemente presentes en las grandes decisiones del país.El ya ex presidente de la República, que ayer concluyó los dos mandatos consecutivos que autoriza como máximo la legislación portuguesa, ha pasado a ser un...

Mario Soares, de 71 años, aseguró ayer que abandona la política activa definitivamente, "satisfecho de haber cumplido sus funciones hasta el final". El histórico líder socialista, que mañana inicia un viaje de vacaciones por el sur de España, ha reiterado en estos días que no aceptará cargos institucionales ni en Portugal ni en el extranjero, pero su opinión y su influencia estarán constantemente presentes en las grandes decisiones del país.El ya ex presidente de la República, que ayer concluyó los dos mandatos consecutivos que autoriza como máximo la legislación portuguesa, ha pasado a ser un ciudadano más, pero con muchas y destacadas ocupaciones. Soares ha aceptado un invitación de la cadena privada SIC para presentar durante dos años una serie de documentales sobre el siglo XX, tiene previsto escribir para algunos periódicos, prepara un curso sobre relaciones internacionales para la Universidad de Coimbra, es presidente de la Comisión Mundial de los Océanos, pasa a ser miembro del Consejo de Estado (funciones inherentes a todos los ex presidentes) y dirige su propia fundación. La Fundación Mario Soares será uno de los centros de los grandes debates nacionales,. El futuro de Europa y el Tratado de Maastricht serán, sin duda, de las primeras cuestiones que abordará.

El primer ministro, Antonio Guterres, ha prometido que aprovechará el enorme prestigio internacional de Soares en misiones internacionales y consultará con el ex presidente las grandes cuestiones de política exterior. Soares se va, pero está muy claro dónde y cómo se queda.

Además, abandona la política "feliz" por haber dejado a su partido en inmejorable situación: los socialistas tienen la presidencia de la República, el Gobierno y la administración de los ayuntamientos más importantes.