Editorial:

Fracaso de Rejón

COMO ALGUNOS entrenadores de fútbol angustiados, Luis Carlos Rejón, coordinador de Izquierda Unida de Andalucía, prefiere un debate de ideas a uno personalista después de ver cómo el partido socialista, sistemáticamente atacado por él y por sus aliados circunstanciales del Partido Popular, lograba, una inesperada y muy rotunda victoria en las elecciones autonómicas. Empieza a ser hilarante ver cómo la dirección -la andaluza y la nacional- de Izquierda Unida se aplica a esta idea tan práctica para salvarse y tan opuesta a la personalizada exigencia de responsabilidades que ha prac...

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COMO ALGUNOS entrenadores de fútbol angustiados, Luis Carlos Rejón, coordinador de Izquierda Unida de Andalucía, prefiere un debate de ideas a uno personalista después de ver cómo el partido socialista, sistemáticamente atacado por él y por sus aliados circunstanciales del Partido Popular, lograba, una inesperada y muy rotunda victoria en las elecciones autonómicas. Empieza a ser hilarante ver cómo la dirección -la andaluza y la nacional- de Izquierda Unida se aplica a esta idea tan práctica para salvarse y tan opuesta a la personalizada exigencia de responsabilidades que ha practicado hacia el Gobierno, socialista en Madrid y Sevilla. En la noche electoral, cuando los datos iban confirmando el derrumbe de Rejón, dijo que no era momento "de plantear dimisiones" sino de "analizar y plantar cara al futuro".Plantar cara al futuro es, sobre todo, garantizar la gobernabilidad una vez que se han pronunciado los electores. Los votantes andaluces han castigado a Izquierda Unida en las elecciones autonómicas justamente por su empecinamiento de los dos últimos años en la oposición a ultranza de los socialistas por encima. de todo lo razonable. Fue IU quien provocó el adelanto electoral al presentar una enmienda a la totalidad de unos presupuestos sobre cuyo contenido existía ya un preacuerdo. La decisión no sólo era extravagante por los motivos aducidos -la ausencia del aval del Gobierno al compromiso suscrito-, sino porque el único efecto que podían provocar esas elecciones era la sustitución de Chaves por Arenas. De hecho, el PP, que había ganado las municipales de mayo, partía como favorito. Pero Rejón, con el aval de Anguita desde Madrid, prefirió asumir la posibilidad de un Gobierno de Arenas ante la expectativa de una subida paralela de IU, tal como pronosticaban entonces los sondeos. ¡Al fin, la teoría del sorpasso puesta en práctica!

El resultado ha sido justamente el opuesto al que imaginaron Rejón y todos los teóricos de la pinza y delas soluciones catárticas. El PP ha mantenido más o menos sus votos, pero el PSOE ha crecido hasta muy cerca de la mayoría absoluta a costa de IU. Todo ello porque muchos electores de izquierda han considera do descabellada una estrategia que, aparentemente, sólo podía favorecer a la derecha. Pero también por que los ciudadanos quieren que los -políticos resuelvan problemas, no que los compliquen y generen; que se pongan de acuerdo para gobernar. Y los resultados de 1994 constituían una obvia invitación a la alianza entre PSOE e IU., Mantener la comunidad por dos años sin presupuestos es una irresponsabilidad, y los andaluces así lo han entendido. Ese efecto se ha tras ladado también a las generales, y también en beneficio del PSOE, que sigue teniendo en Andalucía su principal caladero electoral, con 11 puntos de ventaja respecto al PP.

Los socialistas se quedan a tan sólo tres escaños de la mayoría absoluta en el Parlamento regional. Chaves, que ha obtenido un importante éxito personal frente a los que le cuestionaban dentro de sus propias filas, ha adelantado la posibilidad de gobernar en solitario, con apoyos externos que normalmente serían los del Partido Andalucista. El PSOE ha recuperado un importante segmento del voto en las ciudades de tipo medio al tiempo que mantiene una gran fortaleza en la! zonas rurales. Eso que algunos llaman voto subsidiado, cautivo, incluso comprado. Si quieren decir que tales electores defienden sus intereses con su voto, no parece que nadie deba escandalizarse. Es lo que hace el votante urbano e ilustrado. ¿O se está sugiriendo algún tipo de discriminación en el voto por razón de educación, edad o nivel de renta?

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Liberado del acoso implacable de la pinza, Chaves deberá demostrar ahora que es capaz de gobernar sin prepotencia, con la apertura que prometió cuando no soñaba con unos resultados tan favorables. Los electores ya han pasado factura a IU y no es necesario que Chaves remache con un sectarismo simétrico al que a él le aplicaron.

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