CiU considera que "Cataluña ha frenado al Partido Popular"

Convergència i Unió sufrió ayer un ligero retroceso electoral, inapreciable para lo que se podía esperar tras el desgaste por su colaboración con el Gobierno socialista, la ofensiva del PP y la bipolarización de la campaña. Pero es un retroceso con sabor de auténtica victoria. CiU ha sido 'parapeto' y será probablemente 'clave'. Los nacionalistas catalanes habrían perdido uno o dos diputados, pasando de 17 a 15 o incluso 16, según los primeros datos del escrutinio. El secretario general de Convergència Democrática, Pere Esteve, expresó la satisfacción por los resultados que apuntaban los prime...

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Convergència i Unió sufrió ayer un ligero retroceso electoral, inapreciable para lo que se podía esperar tras el desgaste por su colaboración con el Gobierno socialista, la ofensiva del PP y la bipolarización de la campaña. Pero es un retroceso con sabor de auténtica victoria. CiU ha sido 'parapeto' y será probablemente 'clave'. Los nacionalistas catalanes habrían perdido uno o dos diputados, pasando de 17 a 15 o incluso 16, según los primeros datos del escrutinio. El secretario general de Convergència Democrática, Pere Esteve, expresó la satisfacción por los resultados que apuntaban los primeros datos y mostró su confianza en que el PP no alcanzará la mayoría absoluta.

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A las diez de la noche,CiU disponía de los resultados del recuento efectuado en 200 mesas electora les que consideraban representativas. El resultado de estas mesas confirmaba, en lo concerniente a CiU, los primeros datos del escrutinio general, que otorgaban a la coalición entre 15 y 16 diputados.El objetivo de CiU era doble: no retroceder en Cataluña y que el Partido Popular no obtuviera la temida mayoría absoluta, para poder condicionar cualquier combinación parlamentaria necesaria para gobernar, como hicieron después de las últimas elecciones legislativas, las de 1993, en las que el PSOE perdió la mayoría absoluta.

Hasta que, en septiembre de 1995, Pujol decidió romper con Felipe González, socialistas y nacionalistas mantuvieron un pacto de legislatura no escrito pero sí efectivo, duramente atacado por la oposición de derechas y de izquierdas.

Nada más conocerse los sondeos, el secretario general de Convergència Democrática, Pere Esteve, era la viva imagen de la alegría. Esteve destacó que si el recuento lo confirmaba, CiU habría obtenido "un buen resultado", sobre todo teniendo en cuenta "los riesgos" asumidos por la coalición colaborando con el Gobierno socialista en los últimos dos años y medio, lo que la hizo víctima de ataques muy duros por parte del PP e Izquierda Unida.

Un resultado agregó Esteve, que le permitirá cumplir los compromisos electorales: plantar cara y ser clave en Madrid. Esteve destacó que CiU había conseguido resistir la bipolarización entre PP y PSOE.

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En campo contrario

CiU ya había retrocedido porcentualmente, aunque no en número de votos, en las elecciones municipales y en las elecciones autonómicas, celebradas en 1995. El resultado obtenido ayer por la coalición es tanto o más valioso porque se trata de unos comicios en los que juega en campo contrario.

Quien ha resistido el envite del PP ha sido Cataluña, destacó el secretario general de CDC, quien consideraba por ello que muy probablemente José María Aznar no alcanzaría la mayoría absoluta en el recuento.

Esteve recordó que los sondeos de hace un par de meses atribuían a CiU un retroceso de hasta cinco diputados, En la última semana de campaña los sondeos no publicados de los que disponía CiU Ya indicaban que la coalición recuperaba intención de voto. Oficiosamente, los dirigentes nacionalistas señalaban desde hace días que 15 escaños serían un éxito.

Los nacionalistas daban por perdido desde el primer día un escaño en Girona y otro en Barcelona, circunscripción que ahora tenía un diputado menos.

En 1993, Convergència i Unió obtuvo 1.166.000 votos y 17 escaños, uno menos que en los comicios legislativos de 1989, aunque en esa ocasión los votos para CiU fueron 130.000 menos. El gran salto adelante de la coalición nacionalista se produjo en 1986, a la sombra de la operación reformista de Miquel Roca, que si bien fue un fracaso como tal, supuso tina buena cosecha de votos en Cataluña (1.012.000 votos y 18 diputados).

Al conocer los sondeos que atribuían la victoria al PP, Jaume Camps, diputado autonómico de CiU y miembro del Consejo Nacional de CDC, se declaró "prisionero de guerra" y se acogió a los convenios internacionales que amparan esa condición.

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