Los empresarios germanos temen un estancamiento de la economía

La economía alemana no se recuperará en 1996 de su clima de resaca, según la Confederación de Cámaras de Comercio e Industria (DIHT), que teme un estancamiento de la actividad económica y un nuevo aumento del desempleo. La asociación considera que la coyuntura "que desde comienzos de año apunta al estancamiento, sólo tomará vuelo con dificultad".

En una encuesta realizada entre 25.000 empresarios de toda Alemania, la DIHT asegura que 41 el ánimo es pesimista entre las empresas". La tercera parte de los empresarios encuestados está convencido de que la situación empeorará más aún y s...

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La economía alemana no se recuperará en 1996 de su clima de resaca, según la Confederación de Cámaras de Comercio e Industria (DIHT), que teme un estancamiento de la actividad económica y un nuevo aumento del desempleo. La asociación considera que la coyuntura "que desde comienzos de año apunta al estancamiento, sólo tomará vuelo con dificultad".

En una encuesta realizada entre 25.000 empresarios de toda Alemania, la DIHT asegura que 41 el ánimo es pesimista entre las empresas". La tercera parte de los empresarios encuestados está convencido de que la situación empeorará más aún y sólo el 7% de las firmas de la parte occidental del país (la más industrial) tienen planes para una expansión con aumento de las plantillas.

Según las estimaciones de la organización, el crecimiento económico en 1996 será mínimo, superando en unas décimas el 0% en la mitad occidental del país, mientras que en el Este, que todavía no ha concluido su proceso de reconversión, el crecimiento también estará por debajo del 1%. El informe señala que el consumo privado tampoco se recuperará, aunque la inflación será de sólo el 1,5%.

A pesar de los esfuerzos y los diferentes acuerdos para mejorar las condiciones del mercado laboral, el paro seguirá aumentando según la DIHT y a finales de 1996 podrían perderse medio millón de puestos de trabajo adicionales, ya que los empresarios están decididos a llevar a cabo nuevas reducciones de personal. Únicamente la mitad de las empresas están dispuestas a mantener su número actual de trabajadores. El desolador escenario previsto se completa con un estancamiento de las inversiones.

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