Un cadáver con signos de violencia, hallado en el parque Tierno Galvan

Un empleado municipal descubrió ayer el cuerpo sin vida de una mujer de unos 25 años en el parque Enrique Tierno Galván, del distrito de Arganzuela. El hallazgo se produjo a las nueve de la mañana. El cadáver estaba tendido boca arriba entre el tronco de un abeto y una fuente, a veinte pasos de la entrada del Planetario.En el rostro y en el cuello de la mujer eran visibles señales de violencia. La cara estaba sucia de la sangre de dos cortes horizontales, según señalaron los médicos del Samur. En el cuello presentaba un tercer corte, mucho más profundo.

A dos palmos de su cabello rubio ...

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Un empleado municipal descubrió ayer el cuerpo sin vida de una mujer de unos 25 años en el parque Enrique Tierno Galván, del distrito de Arganzuela. El hallazgo se produjo a las nueve de la mañana. El cadáver estaba tendido boca arriba entre el tronco de un abeto y una fuente, a veinte pasos de la entrada del Planetario.En el rostro y en el cuello de la mujer eran visibles señales de violencia. La cara estaba sucia de la sangre de dos cortes horizontales, según señalaron los médicos del Samur. En el cuello presentaba un tercer corte, mucho más profundo.

A dos palmos de su cabello rubio se descubrió un cinturón estrujado hasta la hebilla. La erosión de su garganta presagia que la mujer fue estrangulada por la fina correa. El grosor del cinturón coincidía con la marca del cuello.

La víctima vestía jersey verde, cazadora vaquera, una malla negra ajustada y botas. altas. No llevaba ni dinero ni documentacion.

Agentes de la Brigada de Policía Judicial lograron anoche reconocer a la mujer, según explicaron miembros del Instituto Anatómico Forense. Sin embargo, la Jefatura Superior de Policía no facilitó el nombre y los apellidos de la mujer fallecida. No obstante, las mujeres que ejercen la prostitución en la cercana zona,de Méndez Alvaro aseguraron a medianoche que se trata de una compañera suya, conocida como Inés La Rubia. Según estas mujeres, Inés vivía en el gueto situado bajo el puente de la M-30 con un hombre de origen africano, tenía una hija y se dedicaba a la prostitución desde hacía un año, extremo al que también apuntaron fuentes policiales.

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