Alfonso Armada: en el juicio del 23-F "nadie tuvo interés" en descubrir la trama civil

Alfonso Armada, ex general condenado a 30 años de cárcel por el intento del golpe de Estado de frebero de 1981, asegura en una entrevista de José Luis Barbería que en el juicio por aquella intentona "nadie tuvo interés" en descubrir quién estaba detrás de Juan García Carrés, el único civil condenado y que él considera "el mensajero".Aquel intento de golpe, dice Armada, fue "como el de Primo de Rivera: buscaba provocar la adhesión de una capitanía general tras otra". Pero, al detener la salida de la División Acorazada Branete, la unidad más importante del Ejército, el capitán general de: Madrid...

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Alfonso Armada, ex general condenado a 30 años de cárcel por el intento del golpe de Estado de frebero de 1981, asegura en una entrevista de José Luis Barbería que en el juicio por aquella intentona "nadie tuvo interés" en descubrir quién estaba detrás de Juan García Carrés, el único civil condenado y que él considera "el mensajero".Aquel intento de golpe, dice Armada, fue "como el de Primo de Rivera: buscaba provocar la adhesión de una capitanía general tras otra". Pero, al detener la salida de la División Acorazada Branete, la unidad más importante del Ejército, el capitán general de: Madrid, Guillermo Quintana Lacaci, logró que otras capitanías no se contagiaran con el golpe en la jornada del 23-F de 1981.

Este fracaso permitió al rey Juan Carlos deshacer la pinza de los generales Milans del Bosch y Armada, según se cuenta en el capítulo 18 de la Memoria de la Transición, que mañana se entrega junto con el ejemplar de EL PAÍS.

En el capítulo, Juan Luis Cebrián, a la sazón director de este periódico, relata cómo transcurrió la tarde y la noche del fallido golpe de Estado en la Redacción. Cebrián ordenó que se establecieran contactos con los diarios más importantes de Europa y Estados Unidos, como así se hizo. Se decidió lanzar una edición especial con el titular Golpe de Estado: El País con la Constitución.

El entonces director del periódico precisa en su artículo: "Queríamos decir que tanto el pueblo como nuestro diario estaban dispuestos a resistir. ( ... ) Absolutamente todo el mundo, desde Ortega y Polanco hasta el menos cualificado de los presentes apoyó la decisión".

Cebrián se puso en contacto con el director de Diario 16, Pedro J. Ramírez, para saber lo que éste pensaba hacer. "Nada", fue la respuesta de Ramírez, que no se comprometió a adoptar ninguna medida tras un forcejeo verbal que duró varios minutos. EL PAÍS estaba en la plaza de las Cortes sobre las 20.30 de la tarde. Diario 16 no hizo acto de' presencia sino hasta horas más tarde.

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El ex general Alfonso Armada, condenado a 30 años de cárcel por su. implicación en los hechos y que fue indultado en 1988, niega cualquier responsabilidad suya en la intentona, pero sí comenta lo que se denominó el golpe de timón, que consistía en la formación de un Gobierno presidido por un militar y con participación de todos los partidos: "Emilio Romero, Alfonso Osorio, López Rodó o Fernández Miranda pensaron en la alternativa de un militar como yo".

El mensajero

Sobre los; acontecimientos del 23-F, Armada, que ahora cultiva camelias en sus tierras de Galicia, afirma que "el golpe era como el de Primo de Rivera: buscaba provocar la adhesión de la capitanía general tras otra".

Respecto de la trama civil del golpe, Armada dice que el único condenado entonces, Juan García Carrés, "era el mensajero", pero niega saber de quién. "En el juicio nadie tuvo interés en descubrirlo. Quisieron descubrir a los culpables y desarbolar a Armada", afirma en la entrevista.

Edward Malefakis, catedrático de Historia Contemporánea en la Columbia University de Nueva York, analiza el frustrado golpe señalando que la democracia se debilita cuando la realidad política se extrema, se olvidan los aciertos de los líderes y no se perdonan sus errores". Su juicio es que Armada "pudo convencer a unos pocos de que las Cortes le podrían otorgar el poder si se las presionaba".

Finalmente, el escritor Juan Marsé recuerda aquel día como si hubiera sido una mala película, el remake de una pesadilla nacional.

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