Más de un centenar de muertos al estallar un polvorín clandestino en el centro de China

Más de un centenar de personas murieron en la ciudad de Shaoyang, en la provincia de Hunan, en el centro de China, al estallar por causas desconocidas un polvorín clandestino en el sótano de un edificio de viviendas. El suceso ocurrió el miércoles por la noche, pero la agencia gubernamental de noticias Xinhua difundió la noticia sólo después de que un diario local informara al respecto en su edición de ayer. El balance de víctimas es de 77 muertos y 400 heridos, pero las autoridades temen que la cifra definitiva sea muy superior y rebase el centenar.

La deflagración se produjo en un alm...

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Más de un centenar de personas murieron en la ciudad de Shaoyang, en la provincia de Hunan, en el centro de China, al estallar por causas desconocidas un polvorín clandestino en el sótano de un edificio de viviendas. El suceso ocurrió el miércoles por la noche, pero la agencia gubernamental de noticias Xinhua difundió la noticia sólo después de que un diario local informara al respecto en su edición de ayer. El balance de víctimas es de 77 muertos y 400 heridos, pero las autoridades temen que la cifra definitiva sea muy superior y rebase el centenar.

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La deflagración se produjo en un almacén colocado en el sótano de un edificio de cinco plantas donde un comerciante tenía clandestinamente más de diez toneladas de explosivo militar que había recibido a cambio de dinero de un acreedor. Las autoridades no han informado sobre las causas del accidente, que, según algunas fuentes, pudo haber sido debido al exceso de calor reinante en el interior. Sin embargo, otros informantes no excluyen que haya sido provocado por alguien que actuó por un motivo de venganza contra He Geng, nombre del comerciante, quien se encuentra entre las víctimas mortales de la catástrofe.La explosión, que se produjo en un barrio de Shaoyang, una ciudad de 200.000 habitantes, destrozó por completo el edificio y otros de alrededor y abrió un cráter de unos 30 metros de ancho por diez de profundidad, según informó el diario oficial de la provincia de Hunan. La onda expansiva dañó las estructuras y rompió los cristales de las ventanas de muchas casas en un radio de dos kilómetros.

La televisión difundió anoche por primera vez imágenes del accidente. Bomberos, soldados, policías y voluntarios trabajaron intentado rescatar supervivientes del amasijo de barro, ladrillos y piedras. Entre los muertos figuran una decena de niños que se encontraban en un salón de juegos próximo al edificio siniestrado. Ayer por la mañana fueron sacados los que se cree sean los dos últimos supervivientes. Las autoridades descartan casi por completo que haya gente con vida sepultados bajo las ruinas.

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