GENTE

PARA IR AL CIELO

Ezio Mauro, director del diario turinés La Stampa, acoge gozoso en la primera página de su periódico la noticia de una empresa americana que, por la módica cifra de 5.000 dólares, pone en órbita tus cenizas para que lo que de tu polvo queda se convierta en polvo estelar. La empresa se llama Celestis -el nombre ya promete-y por las 650.000 pesetillas se ocupa de todo menos de que te mueras, porque esto es algo muy personal. Celestis te incinera, te mete en una urna y se encarga incluso de que ésta entre en la órbita terrestre, después de lo cual son las reyes del universo las ...

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Ezio Mauro, director del diario turinés La Stampa, acoge gozoso en la primera página de su periódico la noticia de una empresa americana que, por la módica cifra de 5.000 dólares, pone en órbita tus cenizas para que lo que de tu polvo queda se convierta en polvo estelar. La empresa se llama Celestis -el nombre ya promete-y por las 650.000 pesetillas se ocupa de todo menos de que te mueras, porque esto es algo muy personal. Celestis te incinera, te mete en una urna y se encarga incluso de que ésta entre en la órbita terrestre, después de lo cual son las reyes del universo las que facilitan la fase sucesiva: la disolución de la materia en el cosmos. El periódico turinés celebra que la astronáutica haya encontrado finalmente una aplicación concreta y señala que la tecnología convierte ahora en fácilmente asequible lo que la teología ha siempre prometido: ir al cielo. Porque ¿quién no tiene los 5.000 dólares para dárselos a esta funeraria intergaláctica y garantizarse así el final más santo y más teológicamente correcto?.-

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