12 años sin juicio

El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, José Aranda, fue requerido la semana pasada por el tribunal encargado del juicio a Ruiz Mateos para actualizar la acusación, visto el tiempo transcurrido y la despenalización de algunos delitos. Hoy, Ruiz Mateos sigue acusado de dos delitos de falsedad en documento mercantil y tiene una petición fiscal de 12 años de cárcel, pero la causa se encuentra en el mismo trámite que la fiscal Carmen Tagle dejó resuelto en septiembre de 1988, un año antes de ser asesinada por ETA.Nadie en la Judicatura acierta a explicar cómo en 12 años Ruiz Mateos no haya sido j...

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El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, José Aranda, fue requerido la semana pasada por el tribunal encargado del juicio a Ruiz Mateos para actualizar la acusación, visto el tiempo transcurrido y la despenalización de algunos delitos. Hoy, Ruiz Mateos sigue acusado de dos delitos de falsedad en documento mercantil y tiene una petición fiscal de 12 años de cárcel, pero la causa se encuentra en el mismo trámite que la fiscal Carmen Tagle dejó resuelto en septiembre de 1988, un año antes de ser asesinada por ETA.Nadie en la Judicatura acierta a explicar cómo en 12 años Ruiz Mateos no haya sido juzgado, aunque todos los consultados coinciden que "es una vergüenza". Procesado por el juez Luis Lerga en 1983, el mismo año de la expropiación de Rumasa, estuvo huído de la justicia entre febrero de 1984 y noviembre de 1985, en que fue extraditado por Alemania.

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Desde su entrega hasta hoy han pasado diez años en los que Ruiz Mateos se ha choteado con largueza de la Justicia española, tan incapaz de juzgarle como de evitar su espectacular. fuga de la Audiencia Nacional, las bofetadas en los juzgados, sus payasadas con ataúdes, cactus o tartas, o los anuncios a bombo y platillo de acudir al juzgado para "pitorrearse" del juez de turno.

El juicio contra el empresario se inició el 31 de marzo de 1989 y duró la escasa medía hora que había pronosticado Ruiz Mateos. "A jugaaaar..." parodió antes de entrar en sala y renunciar a sus aboga' dos, con lo que provocó la suspensión del proceso sine die.

Pocos días después, el 4 de abril de 1989, aprovechó una comparecencia del ex ministro Miguel Boyer para, agredirle en un juzgado. Tras propinarle la célebre bofetada presentó con éxito su candidatura al Parlamento europeo. Dada su nueva condición de aforado, la Audiencia Nacional remitió el caso Rumasa al Supremo.

Suplicatorios

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Pero en el Supremo la causa corrió aún peor suerte. La Sala Segunda cursó un, suplicatorio a Estrasburgo en enero de 1990 para poder juzgar al flamante eurodiputado. Fue uno de los pocos que ha concedido la institución. Desde febrero de 1991 hasta junio de 1994, la Sala Segunda del Supremo estuvo otros tres años y medio mareando la perdiz. Hubo un par de intentos poco entusiastas de celebrar el juicio, pero en el último, en marzo de 1994, era ya evidente que Ruiz Mateos no repetiría mandato y, perdido el fuero, el sumario volvería a la Audiencia Nacional.

Así fue. Desde entonces, el caso Rumasa lleva dormitando otro año y medio en las estanterías de la Audiencia Nacional. Un magistrado del, tribunal que tiene encomendado el caso ha indicado que tienen juicios señalados al menos hasta el próximo mes de abril.

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