FÚTBOL SEGUNDA DIVISIÓN B

La culpa fue del guardameta

Santa Ana y Orense empatan a cero gracias a sus porteros

José Antonio Aguilera, el talentoso delantero del Santa Ana, se quedó ayer sin postre. Lo dijo su madre, una señora muy educada que vivió todo el partido con tensión, pero sin perder el control, hasta que su hijo desperdició el segundo mano a mano que tuvo con el portero del Orense: "Hoy se queda sin postre", sentenció la buena señora, aunque luego, seguro que le perdonó. Y no sólo por aquello de amor de madre, sino porque ayer los que acertaron fueron los porteros. Ambos entraron poco en juego, pero tuvieron tres intervenciones destacadísimas. Los delanteros acertaron, mandaron el baló...

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José Antonio Aguilera, el talentoso delantero del Santa Ana, se quedó ayer sin postre. Lo dijo su madre, una señora muy educada que vivió todo el partido con tensión, pero sin perder el control, hasta que su hijo desperdició el segundo mano a mano que tuvo con el portero del Orense: "Hoy se queda sin postre", sentenció la buena señora, aunque luego, seguro que le perdonó. Y no sólo por aquello de amor de madre, sino porque ayer los que acertaron fueron los porteros. Ambos entraron poco en juego, pero tuvieron tres intervenciones destacadísimas. Los delanteros acertaron, mandaron el balón al sitio adecuado, pero los guardametas llegaron a lo que a veces parece imposible.Sólo la excelente actuación de Martín Delgado, portero del Santa Ana, y de Ares, guardameta del Orense, evitó que hubiese goles en el Polideportivo de Fuencarral.

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El Orense llegó a Madrid con la única pretensión de meter los tres puntos en su autocar. La clasificación manda y dice que entre el equipo gallego y el madrileño hay un gigantesco boquete, el mismo que va de un conjunto que aspira al ascenso y otro que lucha por evitar el descenso. En datos, nada menos que 15 puntos.

Eso, en cuanto a la estadística. En el campo pasó otra cosa. Y fue que el Santa Ana se mostró como un equipito muy majete. No, no hay jugadores cañón en este equipo, de esos que pueden decidir un partido en segundos, pero lo que sí tiene el conjunto del norte de Madrid es mucho ensusiasmo, buena dirección desde el banquillo, Lorenzo Callejo, y alguna brizna de calidad.

Estas características exhibieron al menos ayer los chavales del Santa Ana y, si las mantienen con regularidad, pueden servir para mantener la categoría. El choque se desarrolló bajo una tremenda igualdad, con mucho centrocampismo y con tres oportunidades claras para cada bando que los porteros dejaron en nada. Esta vez ganaron los guardametas. Por ellos no hubo goles.

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