Sin antecedentes penales

Borko Krunic dejó la antigua Yugoslavia para trabajar en Londres, donde posee un restaurante, en el que conoció a Jonh Toshack. Su amistad facilitó que el bosnio Meho Kodro llegase a la Real Sociedad y después al Barcelona. Krunic aprovechó las negociaciones para colocar a otro serbio, Milavanovic, en el Deportivo."Ha actuado de traductor", fue la excusa de los clubes cuando se presentó el caso en la Federación. Angel Castillo ya puede pensar su respuesta ante la denuncia prevista por representar a Petkovic cuando fiche por el Madrid. La proliferación de agentes ha obligado a la FIFA a ejercer...

Borko Krunic dejó la antigua Yugoslavia para trabajar en Londres, donde posee un restaurante, en el que conoció a Jonh Toshack. Su amistad facilitó que el bosnio Meho Kodro llegase a la Real Sociedad y después al Barcelona. Krunic aprovechó las negociaciones para colocar a otro serbio, Milavanovic, en el Deportivo."Ha actuado de traductor", fue la excusa de los clubes cuando se presentó el caso en la Federación. Angel Castillo ya puede pensar su respuesta ante la denuncia prevista por representar a Petkovic cuando fiche por el Madrid. La proliferación de agentes ha obligado a la FIFA a ejercer un control con una licencia obligatoria. La medida implica el depósito de un aval de 22 millones de pesetas en francos suizos. El aro de la FIFA se estrecha hasta exigir un certificado limpio en antecedentes penales y pasar un examen básico en conocimientos de derecho civil y reglamentación deportiva.

Al jugador que viole la norma le esperan duros castigos: cinco millones de pesetas de multa y suspensión por un año. Pero el mayor peso de las sanciones cae sobre el club: suspensión total o parcial de sus directivos, multa de hasta 10 millones, prohibición de traspasos nacionales e internacionales, y suspensión de toda actividad nacional e internacional.